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EN EL BEISBOL Las decisiones son drásticas
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23 Septiembre 2021 Escrito por  Guillermo Urías EL VIGÍA

EN EL BEISBOL Las decisiones son drásticas

 

Era la apertura del noveno inning, había dos outs y tenía dos corredores en las bases, en segunda y tercera, a Jorge Fitch y Óscar Rodríguez, la primera estaba desocupada, perdíamos 4 carreras contra dos, el mánager Sultán, el cubano Wilfredo Calviño entra al terreno, ante un silencio sepulcral en las gradas que estaban abarrotadas de fanáticos, era una gran asistencia,

estaban expectantes esperando que estrategia tenía en mente al entrar al terreno a dialogar con el estelar había ponchado a 12 bateadores, 2 a Óscar, 2 a mí, 3 a Morejón, 2 a Enríquez. La parte medular de nuestro line up. “Oye ‘Guajiro’, rodéale los lanzamientos a ‘Ronnie’, no te descuides, es la carrera del despegue”… Skipeer, pierde cuidado le voy a lanzar, ya lo tengo, no podemos pasarlo intencionalmente, representa el posible gane.
“Eso no es posible, quedaríamos en ridículo, fájate”, salió Calviño… En el círculo de espera estaba yo platicando con Morejón, quien me seguía como bateador, cuando de repente salió Andrés Ayón de la caseta, se acercó a nosotros me dice: “Acere, concéntrate bien, hazle un buen swing, te ha dado dos cafés, va a lanzarte igual, eres nuestra última bala, si das jonrón, yo me encargo de los demás”. Ojalá y se descuide, aunque pudiera ser, es muy necio me ha ponchado con rectas duras nada más. “Adivínale una Acere”… Eso es lo que pretendo hacer, va a querer pasarme de nuevo con su velocidad. “Voy por ella”.
El duelo empezó, primero un foul, me lanzó dos bolas malas muy pegadas, me hizo moverme hacia atrás, me pegué un poco al jom, pensando que me lanzaría sliders, me tiró uno, le volví a batear foul a las gradas del izquierdo, el siguiente fue una recta por el centro le hice swing, es la que estaba esperando, al oír el sonido del bat al darle a la bola, sabía que iba a volar lejos, alcancé a escuchar a Andrés Ayón que gritó. “Acereeeee, esa bola se fue, lo trabaste acere, lo trabaste”; la saqué entre izquierdo central, recorrí las bases brincando con el brazo en todo lo alto, “Beto” Ávila, que estaba de coach en tercera, se vino corriendo a un lado de mí, hasta el Jom, donde estaba todos mis compañeros, el más contento era Ayón, pues él era el que estaba lanzando, por cierto, un juegazo, de 6 hits con 9 ponchados, nada más que se encontró con Espino y Shavie en la sexta entrada, bateando jonrones espalda con espalda con dos en las bases y solo, respectivamente. Ganábamos 2 carreras contra 0 hasta antes de los jonrones. Nos fuimos arriba 5 a 4, con ese jonrón.
En el equipo Sultán todo era el reverso de la medalla, en el Dugout se veía al mánager Calviño gorra en mano, mirando hacia el terreno, con su mano derecha agarrándose la frente, “El Guajiro” estaba furioso, pateaba el suelo de la loma de lanzar, miraba hacia atrás viendo la pizarra, el “Yaqui” Ríos y “Rigo” Mena hablaban con él, mientras el siguiente bateador era Daniel Morejón, que ya se preparaba para meterse en la caja de bateo, el Umpire principal el Cubano Armando Rodríguez, llamó a juego, “El Guajiro” gritó algo hacia el doug out de nosotros, como no se escuchaba nada, por el ensordecedor ruido que hacían los fanáticos, no prestamos atención, pero el umpire Rodríguez se encaminó a la loma y le dijo “Oye ‘Guajiro’, entiendo en la situación que te encuentras, vamos a seguir con el juego, deja de gritarles a los jugadores, ellos no se meten contigo”… “Okey, le voy a arrancar la cabeza a Morejón, ya verás”… “Pues mira, si lo haces te expulsaré y te suspenderé, ya basta de tanto desplante, no eres invencible”; llegó Morejón a batear el primer lanzamiento, fue pegado cerca de los brazos, el segundo no llegó al guante del receptor, bateó jonrón y nos despegamos dos carreras, el score decía 6 contra 4, seguía Enríquez y lo ponchó siendo el número 13. El expreso de Villa Clara, Cuba, estaba desconcentrado, no asimilaba todavía que estuvo a solamente a un out de ganar el juego, el jonrón de “Ronnie”, lo vino a desbalancear, hay un dicho muy viejo, que reza, “El que se enoja, pierde”… Ya en el Dugout Sultán, estando más sereno y frío de la mente, “El Guajiro” escuchó a su mánager Calviño, quien le dijo “Escogiste la peor opción, de lanzarle a ‘Ronnie’, que es el Líder de la Liga en Jonrones y carreras impulsadas, si le hubieras rodeado los lanzamientos, otra cosa hubiera sido”. “Es que ya lo tenía, con dos ponches a mi favor, se me hizo fácil sacarlo out de nuevo”… “Error mental, a bateadores como ‘Ronnie’, son más peligrosos cuando han fallado, en esta ocasión, lo subestimaste, además, a eso venía, a hacerte swing grande, a Morejón lo habías ponchado tres veces, te bateó jonrón, no es justificable tu respuesta, pero ya eso es historia”.
Al iniciar el cierre del noveno inning, venía la tanda gruesa del Line Up del Monterrey. “Yaqui” Ríos tronó una silbante línea golpeando el hombro de Andrés Ayón, cayendo al suelo, de inmediato corrimos hacia la loma, entró “Beto” Ávila, nuestro mánager. “¡Estás bien…?” le preguntó, “Me duele el hombro izquierdo, déjame ver si puedo lanzar, se levantó y le dijo al receptor Cancino, que le recibiera unos lanzamientos, mientras en el Bull Pen ya había movimiento, calentaban un zurdo y un derecho a toda máquina, Ayón se preparó a lanzar, lo hizo, pero hizo un gesto de dolor. “No puedo seguir, me molesta mucho”, le dijo a “Beto”… “Armando, dame chanza de traer al relevo y que caliente un poco”… “No hay problema, adelante”… Llegó nuestro as del relevo el cubano Julio Jiqui Moreno, con un bajo average en carreras limpias admitidas, salieron del terreno “Beto” y Ayón, el numeroso público de las gradas centrales, se puso de pie y le brindó una larga ovación al valioso lanzador poblano. El siguiente bateador “Pepe” Rodríguez, roleteó fuerte a un lado de Jorge Fitch en el short stop, logrando sacar out en jugada apretada al “Yaqui” en segunda, “El Gringo” John Shavie, quien ya tenía en jonrón batea un sencillo, las graderías del Cuauhtémoc, que sostenían a miles de fanáticos, que disfrutaban del emocionante final del juego, cuando anunciaron a Héctor Espino como el siguiente bateador, quien también había bateado jonrón con dos en las bases. A ciencia cierta, no sabemos cómo se sostuvo esa estructura de madera vieja, el ruido era ensordecedor y golpeaban los tablones con los que tenían a la mano. Entró nuestro mánager al terreno y allá fuimos todo el infield, “’Jiqui’, este es el juego, Espino lo tiene en sus manos, no levantes tus lanzamientos, viene por algo muy grande, que batee tu mejor lanzamiento, hazlo roletear”… “Voy a tratar de tirarle de las rodillas para abajo”… “Okey, hazlo, si se va a la base mejor nos fajamos con “Rigo” Mena”… El escenario estaba listo, corredores en primera y segunda, bateando el “hombre del bastón”, “Jiqui” lanzó, Espino la bateó casi en el suelo logrando un sencillo de rola entre la primera y segunda, anotando Rodríguez, 6 a 5 el score, “El Gringo” llegó a tercera y Espino se quedó en primera. “Jiqui” Moreno estaba tranquilo en la loma, el empate del juego en tercera con un out, venía el zurdo Felipe Montemayor potente bateador, “Beto” pide tiempo y pide un lanzador al umpire, es el elegante zurdo de Cananea. “Al Mariscal”. Llegó el gran zurdo, quien tenía 19 juegos ganados como inicialista, rápidamente colocó al peligro bateador zurdo en dos strikes, empezó a rodeare los lanzamientos, hasta que lo obligó a batear un alto fly al segunda base Agustín Enríquez, dos outs, el siguiente es Lorenzo Carbonero López, fuerte bateador derecho… “A ver si es verdad que esos 19 juegos que tienes ganados, no son flor de un día, te voy a dejar, resuélveme el problema”, Mariscal asentó con la cabeza. “Lo voy a sacar out a base de sliders, usted lo va a ver”, le dijo al mánager. Mariscal le lanzó con mucho cuidado, sabía muy bien lo que tenía enfrente, lo llevó a tres bolas y dos strikes, finalmente se la tiró por ahí y “El Carbonero” levantó la bola hacia el centro fielder, Daniel Morejón, atrapándola hacia su lado derecho a guante volteado, Mariscal levantó los brazos, en señal de triunfo, Ayón entró corriendo al campo y abrazó como pudo al gran zurdo de Cananea. “Acere, que grande eres, tienes muchos cojones”.