Los encargados de realizar recorridos de vigilancia por los sectores, que les asignó la superioridad, atendieron el reporte de lo que había pasado y actuar en consecuencia contra quien resulte responsable.
Para esto se entrevistaron con Olivia, diciéndoles que al levantarse se dirigió al porche y en ese momento se dio cuenta que la puerta del cerco estaba abierta, lo que se le hizo raro y empezó a revisar sus pertenencias.
Se percató que no estaba una bicicleta de niña, un pizarrón y una banquita, todo usado, propiedad de su nieta, ignorando quien o quienes sean los presuntos responsables del robo.
Le solicitaron que acudiera a las instalaciones de la Comandancia de Policía, para que en el Departamento de Barandilla asentara en una de las fojas del libro la denuncia y de esa manera poder actuar.
En tanto los guardianes del orden inspeccionaron el área con la finalidad de encontrar alguna evidencia que pudieran llevarlos al esclarecimiento del robo; enseguida recorrieron el sector, sin obtener resultados positivos.