José, de 41 años de edad, con domicilio en la colonia Oriente, notificó que los padres de los jóvenes se comprometieron a solventar los gastos, pero ahora se esconden cada vez que va a buscarlos.
Son más de 300 pesos lo que le cobran por reponer el cristal, de hecho, ya los pagó para que le instalaran el vidrio y evitar otros daños, agregando que en un principio estuvieron de acuerdo en pagarlos.
Pensando que los padres responderían a lo que hicieron sus hijos no asentó la denuncia en el Departamento de Barandilla de Seguridad Pública, tampoco en el Ministerio Público, al asegurarle que le pagarían todo.
Tampoco solicitó los nombres y direcciones de los muchachos, y preguntando a los vecinos ha logrado saber donde radican, pero al llegar a su respectivo domicilio no es atendido.
Recordó que el día del problema acudió a una fiesta de sus amigos de trabajo, pero al momento de retirarse se dio cuenta que el vidrio estaba quebrado, enterándose que los presuntos responsables jugaban futbol.