Por más de un año, el funcionario estatal permaneció en la dirección general del organismo operador del agua con tan mala fortuna que su experiencia se diluyó en medio de un alud de problemas principalmente en Guaymas y Empalme.

Porque si algo no se le puede regatear al ex funcionario es su conocimiento en el área en la que permaneció durante más de un sexenio algo que solo logran las personas de carrera firme como él hasta que su falta de respuestas provocó la salida más esperada en esta región.

A Jardines se le señaló de corrupción y aunque no se pudo probar la dimisión demuestra que en el gobierno de Sonora hay espacio para gente de otros partidos distintos a Morena, pero no hay cabida para la deshonestidad, Jardines se equivocó al pensar que podía continuar en el cargo amparado en su trayectoria y se equivocó, en la 4T también hay gente preparada como él que pueden hacer mejor papel porque comulgan con un proyecto y son leales al Gobernador.

Y de ese nombramiento dependerá en gran parte el destino de Guaymas y Empalme porque quien llegue tendrá la responsabilidad de atender los pendientes que deja su antecesor, entre ellos las fugas de agua y drenaje de los dos municipios para lo que se necesita recursos. Lo importante ahora es que se dio el cambio y con él llega una nueva esperanza de mejoría para todos los usuarios del organismo operador de Guaymas y Empalme.