Desde la calidad de algunos lotes, hasta las tallas más la planeación, logística, organización, todo debe sufrir un ajuste porque si bien la autoridad educativa tuvo un buen inicio, la sobrecarga de trabajo les ganó para, finalmente, perder el control en los módulos de la Canaco.
Sobre la calidad en el calzado, el gobierno tuvo que haber dispuesto de mecanismos para reclamo de garantía que existe en toda compra ya que no es extraño que, en casi medio millón de cajas, algunas resulten con defecto de fábrica. Es cierto que la Secretaría de Educación y Cultura puso a disposición un número, pero su difusión fue mínima para generar todavía más confusión en temas como la devolución o cambio, falta de tallas o sugerencias que los padres de familia quisieran hacer al gobierno.
La parte menos organizada fue la del operativo de entrega: filas interminables, horarios que no se cumplieron, pocos módulos, sistema deficiente, formato poco práctico y todo lo que implica distribuir miles de prendas fuera de los planteles educativos.
El operativo concluyó con todos estos sin sabores, para que en el siguiente ciclo escolar valga la pena la inversión superior a los 464 millones más 23 millones de pesos en la distribución de los municipios sedes como Hermosillo, Nogales, Cajeme, Navojoa, San Luis Río Colorado y Guaymas, vale la pena reconsiderar y tomar en cuenta al personal de planteles educativos que es donde se deben entregar los uniformes evitando inconvenientes que no permiten valorar el esfuerzo del gobierno por apoyar la economía de padres de familia.