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EDITORIAL
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09 Noviembre 2022 Escrito por  EL VIGIA

EDITORIAL

La Cruz Roja nació en medio de la guerra para llevar esperanza de vida y hoy en Guaymas ese espíritu de servicio agoniza por un consejo directivo que requiere renovación.

Porque podrán tener algo de buena voluntad, pero les falta la sensibilidad necesaria para establecer diferencias entre una empresa y una institución altruista.

En Cruz Roja el valor está en la gente, desde técnicos en urgencias, paramédicos, operadores y lo principal, los jóvenes voluntarios que invierten tiempo, dinero y esfuerzo para prestar un servicio social de ayuda a los demás en situaciones adversas.

Esa vocación no la tienen en el consejo estatal y menos en la delegación local donde sin duda el sector empresarial cobra vital importancia porque son históricamente los gestores y promotores de donativos a favor de la agrupación, esa es su aportación en la tarea noble de apoyar a quienes necesitan de atención médica urgente.

Lo malo es que el consejo se involucró en asuntos de socorrismo, para tomar decisiones con criterio e intereses personales que van desde la colocación de amistades en puestos claves hasta el despido y rechazo de voluntarios cuando en Cruz Roja siempre debe tener las puertas abiertas para todo aquel que desee sumarse al trabajo con dedicación.

Así la crisis llegó a reflejarse en servicios como lo ocurrido en San Carlos por el desafortunado deceso de un estadounidense que encontró la base cerrada, y también se nota en la falta de equipo e infraestructura adecuada y en el nombramiento de personal administrativo y de socorro sin conocimiento de la operatividad de una institución de servicios médicos.

En resumen y como un acto de conciencia, los directivos de Cruz Roja debieran pensar en retirarse para evitar más afectación tomando en cuenta que ya está demostrado que no pueden ni saben conducir las riendas de una institución que necesita gente sensible y dedicada, empresarios, profesionistas de la salud, técnicos y voluntarios que dejen a un lado sus negocios para fortalecer la labor de salvar vidas y que sean factor de mejoría y no de división ni de deficiencias.