Pesaba cerca de 200 kilos, por lo que era candidato para una operación en intestino que se conoce como manga gástrica o bypas, para la cual se requiere una serie de estudios previos, todo un proceso de cuidados que incluyen pérdida de peso antes de entrar a quirófano para evitar complicaciones.
Al licenciado en derecho, colaborador del INE y taxista le dijeron que todo estaría bien que no tenía ningún problema de salud, lo operaron en una clínica privada en Hermosillo y el resultado fue malo desde el principio, por lo que fue necesaria otra intervención que también resultó un fracaso.
Eduardo no vio mejoría por un problema intestinal y una neumonía que motivó su ingreso al IMSS Bienestar donde tardaron casi un mes sin que se viera mejoría, hasta que lo trasladaron al Seguro Social donde siguió el viacrucis del hombre, de 34 años, que murió finalmente el lunes.
Hoy, la familia de Eduardo está viviendo su duelo, pero pudiera haber consecuencias legales después, ya que asimilen la pérdida y el dolor de la ausencia de alguien que quería tener una vida de calidad.
Luego de la tragedia, la reflexión debe ir en torno a las ofertas de clínicas y supuestos especialistas que plantean una cirugía de manga gástrica como algo de rutina, hasta estético y así ponen en riesgo la vida de pacientes.
La realidad es que como toda intervención quirúrgica tiene sus riesgos, para eso hay especialistas que se involucran con los casos a fin de dar garantías de éxito, pero de entre todos los buenos médicos hay también gente sin ética que promueve servicios sin medir consecuencias, de ahí la importancia de revisar y consultar diferentes opiniones antes de cualquier cirugía.
Y en el caso de la autoridad también tiene que intervenir con evaluaciones, inspecciones a hospitales, clínicas y consultorios donde hay denuncia de malas prácticas médicas para que se actúe contra negligencia y exista menos riesgo en servicios de salud privados.