En días pasados, se jugó el partido de vuelta de semifinales entre dos grandes equipos que dejaron todo en el terreno de juego; sin embargo, antes de terminar el primer tiempo, hubo un conato de bronca con el árbitro central por una decisión polémica.
Había ocurrido una mano o al menos era lo que el conjunto de Leviatanes alegaba a favor de ellos, pero el silbante no consideró que fuera mano y fue avalado con su árbitro abanderado, por lo que la jugada prosiguió.
Esa jugada terminó en gol por parte del conjunto de Misión del Sol, por lo que los jugadores fueron a alegar al central.
Uno de los jugadores encaró al árbitro y recibió tarjeta amarilla, la segunda del partido, por lo que terminó siendo expulsado, pero el jugador, no contento con la decisión del silbante, hizo uso de la fuerza bruta contra el central, por lo que sus compañeros lo separaron y el silbante, al ver que se encontraba en peligro y por falta de garantías, silbó el final del partido.
El caso se pasó a Honor y Justicia de la Liga Municipal; la Comisión de Honor y Justicia es el órgano colegiado que tiene por objeto vigilar la honorabilidad y buena reputación de los integrantes de la liga, por lo que tendrían que dar investigación de lo sucedido.
La comisión antes mencionada determinó que el encuentro se debería jugar a partir del segundo tiempo. Mismo encuentro que se jugó el día miércoles 8 de septiembre y que terminó ganando el equipo de Misión del Sol, cuatro goles a uno, con un marcador global de cinco goles a dos, por lo que avanza a la gran final y enfrentará al conjunto de Real 8to por el título.