21 Septiembre 2021 Escrito por  Guillermo Urías EL VIGÍA

  Guaymas, la Cuna de Nuestro Beisbol

 

Muchas veces lo platiqué con Francisco “Gallo” Rodríguez Gómez (+), autor de la Revista Épocas del Beisbol en Guaymas 1877-1967 y que hizo en la conmemoración del cien aniversario de que se jugó beisbol por primera ocasión en México.

Tesis también sustentada por su hermano Marco Antonio, historiador del llamado Rey de los Deportes, al igual que el navojoense Alfonso Araujo Bojórquez, autor de varios libros de esto, así como de otros grandes cronistas e historiadores de la pelota invernal.
En el plano local, mi referencia es Federico “Lico” Evans, de quien se dice, fue marinero del Montana, aquel barco que se presume llegó a Guaymas con la tripulación que jugaría aquella cosa que nadie sabía cómo se llamaba, pero que se identificó como beisbol. Cadereyta, Nuevo León, Yucatán, Veracruz, Mazatlán y otros, se disputan el honor del suelo donde por primera ocasión se jugó beisbol en nuestro país.
Para los guaymenses, fue en Guaymas y eso, nadie nos lo quita.
Asumido el texto de esa revista del afamado plumífero Rodríguez Gómez, viene a colación lo mucho que se ha escrito sobre en qué parte de nuestra República se llevó a cabo el primer partido de beisbol, sin embargo, según las investigaciones que se han logrado al respecto, le cabe el honor a Sonora y a Guaymas, para ser más exactos, de haber sido la primera parte de México donde se jugó beisbol en el año de 1877.
“Por ese tiempo, hacían visitas periódicas a Guaymas barcos de la Armada de los Estados Unidos y en sus viajes de rutina arribó al puerto el barco Montana. Los tripulantes, cansados de navegar, pidieron permiso a las autoridades marítimas para bajar a tierra y practicar un deporte no conocido por estos lares; buscaron un terreno grande donde llevar a cabo sus prácticas y como en ese tiempo no existía lo que posteriormente fue la cárcel, actualmente Museo, los marinos norteamericanos comenzaron a limpiar el terreno”, describe en su crónica Rodríguez Gómez.
Ayudados por algunos curiosos que veían sorprendidos los bates, guantes y un artefacto que era la careta. Luego se formaron dos grupos del buque Montana y se inició aquel primero e histórico juego de beisbol ante el asombro de los presentes.
Por aquellos años, en aquel lugar baldío hacían sitio las carretas corteras y por ello se le llamaba La Plaza de Las Carretas.
Para la gente de esos años fue todo un espectáculo ver a aquellos grupos bateando y corriendo y la chiquillería seguía con atención paso a paso las incidencias del juego y cuando llegaba a sus manos la pelota la observaban detenidamente.
A partir de entonces, todas las tardes bajaban los marinos a jugar y hubo algunas veces que los jóvenes de aquellos tiempos tuvieron la oportunidad de correr junto con ellos.
En 1878, el buque Montana se incendió en plena bahía de Guaymas y sus restos deben dormir tranquilos en la rada del puerto por rumbo de Los Almagres, como mudo testigo de que fue en él, donde un grupo de marinos introdujo el beisbol a nuestro país.
Tiempo después y reemplazando al Montana, arribó el Newbern, que como el anterior también traía un equipo de beisbol entre sus tripulantes, y el juego entre sus tripulantes y poco a poco fue tomando auge entre los guaymenses que no perdieron el tiempo y se decidieron a practicarlo, haciendo pelotas de cáñamo forrado con cuero de vejiga de res o cuero de venado.
Los bates los fabricaban los carpinteros; todo a mano, pues los tornos aún no se conocían y eran de palo blanco o primavera. Los guantes se fabricaban con tela de mezclilla y los buenos jugadores empezaron a surgir, como los Iberry, Palma y otros más.
Como en esos años se estaba construyendo la vía del ferrocarril de Nogales a Guaymas y entre el personal técnico que tenía el sudpacífico había mucho norteamericano que ya conocía el juego, se empezaron a llevar a cabo encuentros.
A raíz de todo lo anterior, comenzó a jugarse por todo el estado de Sonora, formándose equipos de Hermosillo, Cananea, Nogales y La Colorada, que poco a poco fueron organizándose para llevar a cabo partidos amistosos, donde corría por cuenta y riesgo de los players. Ganaran o perdieran seguían siendo los mismos amigos.
Para 1892 Guaymas contó con el primer equipo de jugadores, en aquellos años los partidos se llevaban a cabo en Las Playitas, a donde pasaban los aficionados nadando o en pangas y el team estuvo conformado por José Castellanos, C. Cowen, Ignacio Iberri, Guillermo Robinson, Williams Fansworth, RB Cuninham, Guatimoc Iberry, Carlos Cáñez y Jorge Boido y mascota Jesús Martínez.
Este club dio gran fama a nuestro puerto y su nombre lo paseó por todas las plazas del Estado y los Estados Unidos.
Cuenta la historia que en una ocasión estaba jugando Guaymas en Hermosillo y de El Paso, Texas, venían Luis Martínez, quien fue presidente de la Naviera del Pacífico, y el señor Gaspar Zaragoza, padre de don Florencio.
Ellos mandaron detener el tren para presenciar aunque fuera una parte del juego que al final ganó Guaymas. El equipo regresó al puerto y aquello parecía una fiesta nacional, ya que el comercio cerró sus puertas a mediodía para festejar los triunfos.
Después del equipo de 1882 y a principios del siglo 19, surgieron otros con los mismos brillos que los anteriores y en 1901 y 1902, la novena Guaymas, que dirigió el señor don Manuel González, logró ganar la Copa Sonora, que un año después la perdió ante La Colorada y se disputaron el preciado trofeo, quedando Hermosillo eliminado a las primeras de cambio y solo Guaymas y La Colorada lo disputaron.
Para el caso se organizó una excursión grande al mineral y cuál sería la sorpresa que al llegar a La Colorada no pudieron jugar, pues sus peloteros estaban trabajando en el mineral y Guaymas argumentó que le tocaba la copa “porque el que se raja, pierde” y ellos querían posponer el partido para otra ocasión.
Como la excursión ya estaba en camino, se hicieron gestiones para que la gente se quedara en Hermosillo a presenciar el encuentro entre los Tucson Browns y Hermosillo y lo consiguieron.
Ya para partir, se hizo un último intento para que a Guaymas se le adjudicara la copa y lo más que se consiguió fue que la prestaran y como el encuentro nunca se pudo celebrar, se quedó aquí.
Ya en 1905-1906, se reorganizó de nuevo el Club Guaymas que año con año presentaba emocionantes juegos. Fue la época de Los Palma, quienes ponían vida y corazón en cada jugada.
Fue en esos tiempos cuando en una serie ante Cananea, Guaymas estaba falto de pitcheo y se echó mano de un novato de 16 años llamado Nito Ramírez, quien ante el asombro de todos logró salir avante ante los carabineros del mineral.
En 1910, la novena de Scott, como reconocimiento a sus actuaciones y fue de allí donde surgieron otros grandes peloteros de aquel siglo que apenas comenzaba.
Para 1920 volvió a tener auge el beisbol local y una nueva jornada de peloteros saltaron a la palestra y a la par, la creación del equipo representativo del Varadero Nacional.
En 1933, el General oriundo de San José de Guaymas, ex presidente de México, y Enrique Aguayo, organizaron otra temporada en los terrenos de La Placita Hidalgo. Al general Rodríguez le dio por formar la primera liga organizada que hubo en el puerto donde jugaron Hacienda, Deportivo y Aztecas.
Pero en 1939, el glorioso periodista don Miguel Escobar Meléndrez conforma la primera liga oficial de Segunda Fuerza, lo que desde entonces es la actual Liga Municipal de Beisbol Amateur de Guaymas, versión Alfredo “Yaqui” Ríos.
Los equipos fundadores de la liga fueron Comercio, patrocinado por don Florencio Zaragoza Maytorena, Espemsa, de Pepe Díaz; Artefactos Galvanizados y Mercado Yáñez.
Esto sigue creciendo y en 1943 la Liga Municipal tendría a los equipos Choferes, Banamex, Hacienda y Espemsa. Un año después salió Banamex y su lugar fue tomado por Los Chamacos.
Números, récords, estadísticas, no existen hasta la fecha, pero hubo grandes equipos que tuvieron representación hasta los 80´s, como fueron Servicio El Puente del “Chapo Loco”, Los Tigres de los Gaxiola, Lefti Cafres, Tiburones, Aztecas, Medias Blancas, Cachorros, Construcciones Navales, La Calle 17, El Barrio Yucatán, Las Golondrinas, San José y San Germán.
Así fue nuestro beisbol desde 1887 y nadie más, excepto Guaymas, tiene un orden cronológico de sus diversas épocas. Guaymas, Cuna del Beisbol Mexicano.
O nuestra cuna.

 

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