Son jugadores mayores de 50 y 60 años, varios de ellos ya llegaron a los 70´s; en su tiempo, fueron lo más representativo del beisbol guaymense en varios niveles y a esa edad siguen jugando como chamacos. Claro, pertenecen a la tercera edad.
Pero son ejemplo de pundonor, de entrega y disciplina, pues no importa el frío, no importa el calor de más de 45 grados en pleno agosto. Ellos están allí, con una entrega y constancia que no refleja ni un forfit en los últimos diez años y los que se han suscitado, ya estaban pactados.
El reciente domingo, los tres campos Mariscales fueron visitados por centenares de aficionados, a sabiendas del gran espectáculo que los ilustres veteranos presentan. Y no salieron defraudados.
Juegazo de dos carreras a una en la Máster, entre los Jubilados de Comisión Federal de Electricidad y la Ranchería, duelo de pitcheo entre David “Chile” López y el ex profesional zurdo Roberto Pimentel.
Por un lado, en el Mariscal Tres, un agarrón de miedo entre los bicampeones Máster, del profesor José Luis Fuerte Ruiz, y los Dorados, del médico Rafael Ascanio.
Resultado de 10-9 en siete trepidantes episodios y donde los Dorados demostraron que son el coco de los Másters, al endilgarles su cuarta derrota, de cinco que han sufrido estos en toda la temporada.
Al entrar a los Mariscales, en el Uno, se dieron el quién vive La Polilla de “El Loco” y el Club Amigos de Héctor García, saliendo también con banderas desplegadas los de Ramón Santos Romo sobre los de Miguel Ángel “Kony” Quevedo, por diferencia de apenas una carrera.
Estos jugadores no hablan cubano, pero lo dan todo en el terreno de juego y por ello es el circuito que a nivel regional cuenta con más aficionados, incluyendo la Primera y Segunda Fuerza del puerto.