El Salón de la Fama del Beisbol mexicano tiene dueños, me dijo alguien por allí, cuando pregunté el por qué Alejo Ahumada no había sido entronizado al Nicho de los Inmortales, con todo y sus impresionantes números, acumulados en verano y Liga Mexicana del Pacífico.
Y por fin, por el Comité de Veteranos y en su último turno al bate, el de La Amole, Guasave, Sinaloa, logró el sueño de todo pelotero de nuestro país; estar en el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano.
De gratos recuerdos con los Marineros de Guaymas, Alejo fue un icono de la afición casera, por su entrega y dedicación, aunque también militó con otras franquicias del circuito invernal.
Por ello, los anabistas de pura cepa, como José Antonio Elguezábal, Marco Antonio Leal, Pablo Estrada y aquellos que comenzaron el movimiento que terminó con sus carreras ante la marginación de que fueron objeto por los magnates del beisbol en México, reconocerán a su compañero Alejo Ahumada.
Nos vamos a coordinar, es un logro de la Anabe, después de cuatro décadas, es el primer anabista genuino, que nunca se rajó, en ser reconocido y esto puede ser la punta de lanza para que otros peloteros que abrazaron la causa, sean reconocidos y entronizados, dijo José Antonio Elguezábal Barraza.
Y es que ciertamente hay otros anabistas que ya están en el Nicho de los Inmortales, pero que de rodillas pusieron el perdón a sus ex patrones, dijo aún disgustado por aquella situación.
La Anabe fue el movimiento que hizo doblar las manos a los altos jerarcas de Liga Mexicana del Beisbol, al crear un nuevo circuito y hacer que tronara la temporada de la establecida Liga Mexicana de Verano, hoy Liga Mexicana de Beisbol.
“Vamos a ponernos de acuerdo, a ver si hacemos la reunión de reconocimiento el próximo mes de abril”, dijo Pepe Elguezábal.