23 Septiembre 2022 Escrito por  Guillermo Urías EL VIGÍA

Alejo Ahumada sueña con el Salón de la Fama

Alejo Ahumada, un Ostionero de Guaymas que jamás recibió jonrón de Don Héctor Espino.

 “Muchas veces le puse la bola a don Héctor Espino y nunca me pegó jonrón”, dice
Fue la última reunión de miembros de la Asociación Nacional de Beisbolistas (Anabe), En casa de José Antonio Elguezábal, en la colonia Miramar, unos días antes de la pandemia, cuando de viva voz me lo dijo Alejo Ahumada, un brillante lanzador de los Ostioneros de Guaymas en la Liga Mexicana del Pacífico.
La plática se fue por don Héctor Espino González y los jonrones que recibieron algunos de los lanzadores que estuvieron ese día en la casa de Pepe, como Nicolás García, el finado Eleno Cuén, el zurdo Jesús Robles, Jorge Enríquez, uno de los hermanos Camargo, el entrevistado Alejo Ahumada, entre otros.
El pitcher Alejo Ahumada, quien al igual que Eleno Cuén nunca recibió cuadrangular alguno de Espino contó una gran anécdota del “Niño Rebelde”.
“Cuando en 1972 vino a jugar con Tampico aquel fuerte toletero dominicano, José Vidal, y llevaba once cuadrangulares por tres de Espino, decía “Ha muerto el rey, viva el rey… yo soy el ‘Papi’… y don Héctor Espino nomás lo escuchaba.
Cuando llevaba 17 jonrones, Espino lo alcanzó y lo rebasó.
Bueno, pues un día, por cierto, en lo que fue uno de sus cuadrangulares más largos que le vi en Tampico, por encima de las palmas ubicadas atrás de la barda, Vidal fue a recibirlo entre tercera y home trayéndoselo abrazado hasta el plato y ofreciéndole disculpas expresando “Señor, ¡usted sigue siendo el rey”!
Esa campaña Espino fue campeón jonronero con 36 y Vidal se quedó en 32.
Retomando el tema, tres años después de aquello, Alejo espera con pocas esperanzas, de ser considerado candidato al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, todo por haberse involucrado en aquel movimiento que puso de rodillas a los jerarcas de la Liga Mexicana de Verano.
La mayoría de los anabistas, que tienen méritos para ser entronizados, siguen castigados por los “dueños del beisbol mexicano”.
Pero es algo que no me quita el sueño, aunque hace años tuve la ilusión de estar entre todos los grandes del beisbol mexicano, me dijo Alejo, ya jubilado de la empresa donde se refugió para llevar el sustento a la familia, una vez que se retiró con grandes números.

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