Manuel Moreno “Cantinflas” fue un apasionado del beisbol y en la ceremonia de entronización de 1983, estuvo presente, ahí fue entronizado el empalmense Ronaldo Camacho Durán; en la imagen, Felipe Montemayor, Pepe Bache, la viuda de Kid Alto, Ronaldo Camacho y Claudio Solano, sentados Alejo Peralta, Cantinflas, y Arcadio Valenzuela.
Ya en el nuevo Salón de la Fama, acompañado Ronaldo Camacho con doña Carmen Vázquez, viuda de Héctor Espino, con sus hijos y con Moi Camacho.
Ronnie Camacho presume sus recuerdos a Mike Brito, Moi Camacho y Felipe Montemayor.El cañonero empalmense conoció a Mario Moreno “Cantinflas “en su entronización y a AMLO en el nuevo Salón.
Ronaldo Camacho Durán es uno de los empalmenses entronizados en el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, uno de los cuatro, ingresando en 1983, en donde tuvo una gran experiencia, pero ahora, en la inauguración del nuevo recinto sagrado de la pelota mexicana, en 2019 también tuvo una experiencia inolvidable, al ser uno de los invitados especiales.
El ex alcalde empalmense recuerda sobre su inducción a esta sala importantísima para el beisbol del país y también su relación con el cómico Mario Moreno “Cantinflas” y en el nuevo espacio del Salón de la Fama en 2019, que puso en marcha el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Llegamos al hotel Ambassador en Monterrey, en vuelo directo de Hermosillo, mi esposa Blanca y yo, mis hijos Ronnie y Blanca llegaban de Veracruz vía México, ya tenía apartado dos cuartos e inmediatamente nos hospedamos.
Bajé al restaurant y me encuentro con Mario Moreno “Cantinflas”, (QEPD) ni más ni menos, lo acompañaban Alejo Peralta (QEPD) Horacio López Díaz “Macacho” (QEPD), me acerqué a la mesa a saludarlos y “Macacho” me dice: “Mira Ronnie, te voy a presentar al señor Mario Moreno”.
“Oye, no seas tan exclusivo en presentarme, a lo mejor ni sabe quién soy, dile mejor Cantinflas”, e dijo aquel famosísimo personaje al “Macacho”.
“De modo que eres de Empalme allá en Sonora, sabes que yo conocí cuando Pasquel era el dueño de la Liga Mexicana, a un zurdo muy elegante para jugar y vestir, se llamaba Angel Castro y jugaba con el Veracruz, también era de ese lugar”.
Si de mi pueblo salió a triunfar, le dije; “al igual que tú verdad Camachito, me imagino que estás aquí porque te van a entronizar, junto con mi amigo Alejo”; Así es señor Cantinflas contesté, pues ya había entrado en confianza, y saben una cosa, este señor, era toda sencillez y conocía perfectamente el juego de beisbol.
“Hey, Alejo, y tú qué jugaste, para entrar a este salón, se necesitan estadísticas”, le preguntó; “no jugué, pero ayudé a la formación de muchos jóvenes jugadores y aquí estoy como magnate y dueño de algunos equipos”, contestó Alejo.
“Ah caray, eres un Pasquelito cualquiera, pues ahí voy a estar esta noche, para aplaudir muy fuerte, cuando te nombren, porque si no, voy a tener que pagar todos mis gastos, jajajaja”, bromeó el gran actor.
Me despedí de aquellos hombres; en la otra mesa, me encuentro con Claudio Solano (QEPD) José Bache y amigos de ellos que charlaban y todo giraba en el evento de esa noche, debo de decirles que, en todos los rincones del hotel, muy bueno, por cierto, había posters de Solano, Bache, Alejo y de un servidor, de Felipe Montemayor, de Rafael Reyes Nájera, el famoso cronista de Mazatlán “Kid Alto”, en alusión a la entronización al salón de la fama.
Y ya dentro de sala de eventos especiales del hotel, registraba un lleno impresionante, muy elegante la decoración y un ambiente de primera categoría, se encontraban todos los medios de difusión, televisión, pues no era para menos, don Alejo Peralta y Cantinflas eran las estrellas del show, por supuesto que los sentaron en el presídium, mi familia y yo estábamos debajo de la mesa de honor, enseguida estaban Tommy Morales, Raúl Mendoza, Jorge de la Serna, todos ellos cronistas especializados de la crónica beisbolera.
Luego el “Clipper” Montemayor, el gran “Chabelo” Jiménez de la XET de Monterrey. cuando llegó el momento cumbre de la entronización, subí después de Solano y había que contar una anécdota y el esperado mensaje, cuando iba a subir al estrado me saqué del saco un papel donde había escrito unas notas, Cantinflas me vio y me dijo muy serio: “ya me enteraron que eres presidente municipal de Empalme y eso que llevas en la mano parece un pliego de peticiones para tu Gobernador, espero que no sea como el discurso que dije en mi película su excelencia en 1966 y todo va a estar bien”.
Me puse nervioso, se apagan las luces y me ponen un reflector en mi cara, que me cubría hasta a la mitad del tórax y empecé a hablar y llega el turno para contar mi anécdota y ésta fue la que conté: “jugábamos en Hermosillo en el Fernando M Ortiz, con una temperatura muy fría, lanzaba Horacio Solano puros balazos al jom, era el octavo inning y perdíamos 4-3 con un out, tenemos un corredor en tercera base y me viene a batear el pitcher, le digo a “Pilo” Gaspar, que ésa noche no jugaba, agarra un bat y trae ésa carrera“;” y yo que te estoy haciendo, no seas criminal”, me dijo el tremendo “Pilo”, a la gente ahí reunida le gusto la anécdota y aplaudió, al final subió al estrado Cantinflas y dijo: “Ay, éste Camachito, qué rápido aprendió la política, se confundió con el evento, estuvo bueno lo que dijo, que caray”.
Fue una noche inolvidable, la cena riquísima, muy buena variedad, excelente música, mis hijos estudiando su carrera, saludé de mano al Gobernador del Estado en turno Alfonso Martínez Domínguez me dio un abrazo y me felicitó por andar en la política.
Todo esto, gracias al beisbol, por supuesto que para llegar a esos niveles se necesitan tantas cosas que sería interminable contarlas y pensar que existen muchos que no llegan por que no quieren.
Nuevo Salón de la Fama
Me habla a temprana hora Horacio Ibarra, Coordinador de Eventos Especiales. Ronnie Camacho estaba invitado a la inauguración del nuevo Salón de la Fama del Beisbol Mexicano en Monterrey.
“Ronnie, tengo una lista especial de invitados a la Ceremonia Inaugural del día Miércoles 20 de febrero de 2019, a las 11 de la mañana. De inmediato enviaremos pasajes y algo de dinero para tu traslado”, me dijo el sr. Ibarra.
“Bien, Horacio; esperaré”, respondí.
Recibí lo prometido y de inmediato me fui a Hermosillo. Ya en el aeropuerto, checo los boletos por Aeroméxico.
Al abordar la nave, me encuentro con gente importante de beisbol. De los Naranjeros de Hermosillo, el doctor Arturo León Lerma, su presidente ejecutivo e inmortal del Salón de la Fama; Cornelio García, inmortal, tremendo bateador y hoy brillante coach de bateo del mismo equipo; Víctor Sáiz, el “Cadillo”, famosísimo ex umpire de beisbol y también inmortalizado; Derek Bryant, inmortal, coordinador deportivo de los Naranjeros; René Arturo Rodríguez, presidente de los Yaquis de Obregón. Tanta gente querida de beisbol reunida en el mismo lugar.
Con Víctor Sáiz, el doctor Arturo León Lerma y Cornelio García, en el aeropuerto de Hermosillo
¡Y eso que aún no llegábamos a Monterrey! Lo mejor estaba por venir.
Llegamos a Monterrey a las 12.40 del medio día; una hora con 20 minutos de vuelo directo, con un excelente clima y mucho ambiente beisbolero. Estaban arribando los demás jugadores inmortales por otras aerolíneas desde distintas partes del país. Por supuesto todos muy conocidos lo cual hizo más que interesante la llegada de ellos.
Me hospedé en el Hotel Fastos y Moi Camacho me llama desde Torreón para decirme que le reservara un cuarto ahí también.
“Cabezón, llego en la noche; me acompaña mi hijo Eduardo, quien te quiere conocer”, me dijo con la familiaridad de toda la vida.
“Sale, Moi; ya está listo tu cuarto”, le respondí.
Me senté a tomar café en el restaurant del hotel para esperarlo; llegaron como a las 11 de la noche, pero yo ya me había tomado seis tazas de un delicioso café descafeinado.
Nos pusimos a platicar de todas nuestras aventuras vividas en el beisbol, hasta que finalmente nos venció el sueño y nos retiramos a descansar.
Al otro día, muy temprano, mi gran amigo César Tello Rodríguez, cronista de los Sultanes de Monterrey, llegó por nosotros.
Nos dirigíamos a una cita histórica del majestuoso inmueble. Fue construido para dar albergue a las grandes figuras del béisbol, inmortalizadas por su desempeño, esfuerzo y disciplina; pero, sobre todo, por su ejemplar vida dentro y fuera del terreno.
Era temprano y ya la gente casi llenaba las 500 sillas colocadas para recibir al Presidente Constitucional de los Estado Unidos Mexicanos, el Lic. Andrés Manuel López Obrador, quien inauguraría el recinto histórico.
Nos instalaron muy cerca de la mesa del presídium. Me dio mucho gusto saludar a Fernando Valenzuela; al licenciado Omar Canizales, presidente de la Liga Mexicana del Pacifico; a Felipe Montemayor, inmortal; al periodista, Lic. Gaspar Gándara; al Ing. José Maíz García, inmortal, y propietario de los Sultanes; al Lic. Gerardo Benavides, presidente de Acereros de Monclova; a mi amigo, Raúl González, ex dirigente de la Conade y multimedallista olímpico.
En fin, tantas y tantas personas involucradas con el beisbol profesional, que hicieron inolvidable mi estancia en ese lugar.
Antes de que dieran principio las acciones, Moi y yo fuimos a ver las placas alusivas a nuestra membresía en el Salón de la Fama. Por supuesto, nos tiramos algunas fotos en la bella e impresionante “Sala a Perpetuidad”; ahí donde la Flama de la Inmortalidad se encendió para ya no apagarse jamás. Ahí estará velando por todos los que fuimos afortunados en llegar a ese exclusivo lugar.
La pasión del presidente López Obrador por el beisbol
Cuando llegó el señor Presidente de la República, lo hizo rodeado de una gran cantidad de personas, que no lo dejaban llegar a la mesa del presídium.
Las sillas ya se habían ocupado y se quedó mucha gente parada. Finalmente dejaron llegar al Lic. López Obrador a la mesa y el maestro de ceremonias, el cronista de los Diablos, Agustín Castillo, inició las presentaciones de rigor.
Cuando fue presentado el C.P. Alfredo Harp Helú, la gente se le entregó total y abiertamente. Fue una larga, nutrida e insistente ovación. Al grado que todos los presentes se pusieron de pie para prolongar la ovación, y hasta el señor Presidente se puso de pie, para brindarle un largo aplauso por su esfuerzo para patrocinar la construcción de ese hermoso Salón de la Fama.
El discurso del licenciado López Obrador, fue mas bien, una plática con nosotros. Nos contó de su infancia y de sus inicios como beisbolista aficionado.
Escuchaba muy atento a sus palabras, que eran habladas lentamente. Se veía contento.
“Nada hay mejor que pegarle a la pelota en el centro”, exclamó el presidente, y arrancó los aplausos.
Hizo mención del esfuerzo que tuvo que hacer Alfredo Harp Helú, para entregar ésta magna obra a la sociedad mexicana. Y entre otras cosas buenas, comentó sobre la próxima apertura del flamante Parque de Beisbol de los Diablos en la Ciudad de México. Abordó también el regreso de Guasave y la inclusión de Monterrey en la Liga Mexicana del Pacífico, donde también Harp Helú ha sido factor importante para realizar este ambicioso proyecto.
“En la escuela primaria y secundaria de mi pueblo tabasqueño, jugaba al beisbol descalzo, sin camisa, y usábamos pelotas hechizas. Es por eso que llevo este juego en la sangre; siempre ha sido mi pasión. Hoy vengo aquí, a decirle a mi amigo Alfredo Harp Helú, presidente de este hermoso lugar, que tendrá todo mi apoyo. Esto es un jonrón con caja llena”, le expresó López Obrador.
Ya para terminar su plática con la numerosa concurrencia, se “aventó” una anécdota que vivió con el actual gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz.
“Llegamos al Parque de Béisbol de Mazatlán recién reconstruido que, por cierto, me gustó mucho. Aquello estaba lleno de personas. Al ver toda esa gente, le digo al gobernador, ‘mira, déjate de cosas y tráeme una gorra y un bat para practicar bateo; este campo está tan bonito que te invita a jugar en él”, nos contó el presidente López Obrador desde el micrófono.
De regreso a casa
Se terminó el evento y nos regresamos al hotel. Ahí degustamos una muy sabrosa comida, muy norteña. Después nos quedamos un buen rato comentando lo sucedido en el evento.
Moi se fue a su casa en Torreón y luego a Sacramento, California. Y yo me preparo para abordar el avión de regreso a Hermosillo, para después trasladarme a mi pueblo, Empalme, Sonora.
Esta visita al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano me ha dejado una fuerte impresión. Lo cambiaron totalmente; los escritos en las placas son diferentes y modernizaron todo el sistema.
Ahí adentro se construyeron jaulas de bateo, debidamente acondicionadas para niños, adolescentes y adultos. Existen juegos infantiles, una enorme biblioteca deportiva donde puedes consultar todo lo que desees saber de la historia del Salón de la Fama. e
Es como una gran ciudad deportiva techada a todo lujo con alumbrado de primer orden. El personal que labora está altamente capacitado para atender las necesidades de las personas visitantes. Se nota que estuvieron atendiendo cursos de Relaciones Humanas con una facilidad de palabra y un trato agradable, muy marcado.
Esto fue en síntesis lo que viví en esta inolvidable jornada inaugural. Ahí ha quedado para la historia un episodio más en mi vida beisbolera, quién se lo iba a imaginar que he podido vivir una nueva fase del Salón de la Fama.
“Soy inmortal desde 1983. La vida se pasa rápido y no sé si volveré a este lugar. Pero lo cierto es que los días como estos me revitalizan. Me hacen volver a sentirme chamaco. Y con mucho afecto, se los transmito a todos ustedes”, concluyó Camacho Durán.