Con la llegada de los “peregrinos” y la recepción por parte de los
“anfitriones”, quiebra de piñatas de siete picos, coronación de los reyes, dulces, una sabrosa cena, champurrado, pastel y, sobre todo, una verdadera convivencia en familia, el Museo Ferrocarrilero (Mufer) celebró su tradicional posada navideña.
La tradicional fiesta se llevó con gran entusiasmo, a la que concurrieron los amigos del “Café con Sabor a Historia”, así como algunos invitados, que hicieron de la ocasión un momento muy agradable y sana diversión.
La celebración dio inicio con la procesión de la posada, con la llegada de los peregrinos, que “tocaron” las puertas de diferentes “casas” para que les dieran posada, portando veladoras, la figura de un santo y cantando la canción para pedir posada, tal como lo indica la tradición.
Al final les abrieron la “puerta”, recibiendo así la posada solicitada.
Posteriormente se dio paso a la quiebra de piñatas de siete picos, cargadas de dulces, convirtiendo el momento en uno de los más divertidos de la celebración.
Como ya se hizo tradición en esta festividad del Mufer, se eligió al Rey y la Reina, recayendo este honor en Ramón Cruz y Cecilia González, respectivamente, a quienes se les colocó su banda y corona correspondiente.
Luego se dio paso a la sabrosa cena, consistente en tamales, deliciosos frijoles, champurrado y refresco, sin faltar el mejor de los ambientes con el baile.
El director del Mufer, licenciado José Luis Islas Pacheco, expresó su agradecimiento a los asistentes, a quienes deseó una feliz Navidad y un próspero Año Nuevo, así como a quienes contribuyeron en la organización de esta divertida fiesta navideña.