María del Rosario, de 39 años, es quien abordó a los guardianes del orden cuando realizaban recorridos de vigilancia en el sector, diciéndoles que al llegar a su casa se dio cuenta de lo que le faltaba.
Se refería a una pequeña bomba para agua, de color azul y cableado conectado a la misma, haciendo saber que no estaba sujetada y eso facilitó al o los presuntos amantes de lo ajeno para que se la llevaran.
Hizo saber que al dialogar con vecinos, ninguno quiso informar de lo que le había sucedido, deduciendo que se debió por temor a las represalias que pudieran tener si lo hacían.
Por su parte los guardianes del orden una vez enterado de lo sucedido, implementaron operativo de búsqueda con la finalidad de localizar y detener a los presuntos y en su momento actuar en consecuencia.
La afectada dijo que en el transcurso de las horas acudiría a las instalaciones de Seguridad Pública para asentar denuncia en una de las fojas del libro y de esa manera se actúe conforme a derecho.