Se referían a quien dijo llamarse Gabriel, de 38 años, sin domicilio fijo en la ciudad y originario de Puebla, se le solicitó que se retirara de los negocios y de no hacerlo se detendría.
Las damas hicieron saber que el presunto amante de lo ajeno permaneció durante buen tiempo donde estaba la mercancía y volteando para todos lados, sin imaginar que sus movimientos se estaban observando.
Lo anterior se lo hicieron saber a la propietaria abordando a los guardianes del orden para que lo retiraran, con la finalidad de que las trabajadoras no fueran agredidas por el presunto infractor de la ley.
Para esto una de ellas dijo que ya había agarrado unos tenis, pero al darse cuenta que estaban sujetados con cadena los volvió a poner en su lugar, quedándose por otro lapso.
Atendiendo el reporte de la dama solicitaron al presunto infractor de la ley que se retirara, en caso de no hacerlo se le detendría, eso dio motivo para que el hombre de manera apresurada se fuera del centro.