En un recorrido por el canal de alrededor de un kilómetro se apreció la presencia de fauna nociva y mal olor por desperdicios arrojados en el área.
La mitad del arroyo está lleno de maleza crecida y hasta un árbol de guamúchil se observó por donde debiera pasar el agua.
Cerca de la parroquia de la Madre Dolorosa hay barrotes, una torre de escombro, bolsas de basura y una parte está humedecida, producto de un derrame de agua.
El mal olor y la basura han motivado reportes de vecinos desde hace seis años, cuando se realizó la última jornada de limpieza en el canal.
A decir de residentes de la zona, durante dos administraciones se han omitido las tareas de saneamiento y existe temor de inundaciones en la temporada de lluvias.