Uno de los primeros templos es el que está por la Constitución, al oriente de la calle Melchor Ocampo, que fue denominado Adventista del séptimo día, luego, se constituyó la iglesia donde un tiempo ofició el polémico “Billy” Pérez, por allá en la colonia Ortiz Rubio. Por la calle Josefa Ortiz de Domínguez, don Eusebio Peña Meraz, quien se vio en las puertas de la muerte y, según su sentir, se salvó por su fe a la Virgen de Fátima, al levantarse de su lecho de dolor en el Hospital del Ferrocarril en Guadalajara, Jalisco, trajo consigo una imagen de dicha virgen y erigió de su propio peculio una capilla en su domicilio.
Según testimonios de las hermanas Graciela Ernestina y Rosa Valencia Salgado, mencionan que la construcción de la iglesia Cristo Rey, principió, quizás, en el año de 1945, ya que ahí hicieron su primera comunión el 10 de mayo de 1947, recordando, además, que al edificio en ese entonces le faltaba el piso. El templo quedó ubicado en la manzana 40 de la colonia Moderna en terrenos donados por la familia Serna Maytorena, donde actualmente se llevan a cabo las ceremonias litúrgicas de la iglesia católica. A la misma se asigna párroco en 1961. Los registros (bautizos, confirmaciones, bodas, etc.), se efectuaban en la iglesia San Fernando, en Guaymas, Sonora, tal y como lo demuestran los archivos de 1955. La falta del archivo municipal también se refleja en la oficina parroquial, donde no existe un registro preciso, pero si un compromiso firme por ordenar la historia del templo, desde los terrenos, la construcción, el período de los sacerdotes y las acciones para fortalecer la feligresía católica, entre otros temas.
En Bellavista, la colonia ribereña de la laguna del rancho, prolongación de la bahía de Guaymas, antiguamente propiedad de Carmen de la Huerta Marcor, hermana de quien fue presidente de la República, Adolfo de la Huerta, se erigió una capilla gracias a las aportaciones de los feligreses de la misma. Ramón Cruz Reynozo, jubilado ferrocarrilero y vecino de la colonia, en el escrito compartido de fecha 12 de mayo de 2022, narra que durante los años 1954-1980, se formó un patronato conformado por los señores Sotero, Olivares (presidente), Enrique Zazueta (secretario), Manuel Trujillo (vocal), Mario Nieblas (tesorero) y Miguel Hernández (vocal). En un lote ubicado en la parte trasera, justo al lado del rebombeo del drenaje, se construyó una cancha para usarla como pista de baile. Para recabar fondos se realizaron bailes durante los sábados con tocadiscos, cobrando cinco pesos por el distintivo. En virtud de que los cimientos duraron mucho tiempo, las críticas no se hicieron esperar.
Años después se construyó la explanada donde actualmente está el atrio. Los bailes para recabar fondos continuaron, pero con música en vivo, que permitió levantar las paredes. Así duró mucho tiempo, hasta que la diosa fortuna favoreció al señor Santos Mendiola con el premio mayor de la Lotería Nacional, destinando parte del premio en la construcción del techo, consolidando así el sueño de los vecinos de la colonia Bellavista, de tener la capilla de la Virgen de Guadalupe.