De lo anterior tomaron nota los elementos policíacos cuando realizaban recorridos de vigilancia, dialogando con los testigos que no quisieron proporcionar sus datos personales por temor a represalias.
Hicieron saber que Mario es quien recibió la mayor parte de los golpes, ya que se encontraba bajo los efectos de las bebidas embriagantes, retirándose a su vivienda, ya que no quería tener más problemas.
Mientras el presunto agresor de nombre Rosario, que hasta donde se sabe vive en el fraccionamiento Jacarandas, estuvo tomando cerveza con el afectado y otros jóvenes, al transcurrir las horas le dijo pagara los 500 pesos que le debía.
Eso dio motivo para empezar a discutir, al no llegar a los acuerdos empezaron a intercambiar golpes, entrando sus compañeros para tranquilizarlos, solicitándoles se tranquilizaran, retirándose ambas partes.
No se logró detención al retirarse los protagonistas permaneciendo en el lugar los testigos; en tanto los guardianes del orden implementaron operativo de búsqueda con la finalidad de localizar a los presuntos infractores de la ley, no siendo posible.