web counter
Joaquín Zepeda Urrea: Autobiografía de un ferrocarrilero 1920-1973
Imprimir esta página
11 Septiembre 2022 Escrito por 

Joaquín Zepeda Urrea: Autobiografía de un ferrocarrilero 1920-1973

 

La honrosa oportunidad de custodiar el patrimonio cultural del Museo Ferrocarrilero nos permite recibir la confianza de la sociedad, mediante la donación de fotografías, libros, cartas, expedientes y piezas que componen distintas etapas de la historia.

Prueba de ello la encuadernación titulada: “Autobiografía de un ferrocarrilero 1920-1973. Joaquín Zepeda Urrea”, publicación de 1990 que reseña la pasión de un trabajador ferrocarrilero.
En treinta páginas, Joaquín Zepeda Urrea, presenta sus orígenes, familia, los cargos y posiciones laborales, hasta compartirnos su visión sobre la creación de la cooperativa de consumo que por muchos años estuvo en el edifico situado en calle Niños Héroes, entre Reforma y Revolución.
El autor señala que fueron meses de intensa labor, teniendo siempre la ayuda de los compañeros Mateo M. Jaramillo, Gabriel V. Escobell, Mateo O. Delgadillo, Pedro Gómez y Carlos V. Ruiz, entre otros; a quienes se les dificultó reunir el capital para la empresa, ya que don Salvador Aguirre deseaba vender su comercio en franca y total bancarrota. De la entrevista de Joaquín Zepeda con Aguirre, se acordó quedarse con la tienda siempre y cuando Don Gaspar Zaragoza, mayorista de Guaymas, aceptara el adeudo de $7,000.00 que le debía Aguirre.
Zepeda Urrea escribe: Don Gaspar no quiso oír ni saber nada de la cooperativa, pero estuvo de acuerdo en aceptar mi responsabilidad personal para el caso; además, de que después de un estira y afloja logré conseguirle un crédito adicional por $5,000.00, mediante el mismo sistema la casa de Arturo Morales me dio una cantidad similar, pero como eran necesarias más cosas, dado que los anaqueles se veían muy vacíos, fui a Hermosillo y la Abarrotera de Sonora se portó más espléndida y me surtió un furgón con mercancía de toda clase, sumando todo un valor de $20,000.00, gravitando sobre mi conciencia un adeudo de tal magnitud, en documentos que los comerciantes solo aceptaron con mi humilde firma, siendo yo tan solo un simple asalariado, confieso que llegué a perder el sueño y el apetito.


De cualquier forma, la bien surtida tienda de “Ferrocarrileros Sonorenses, S.C.L.”, abrió sus puertas el 12 de octubre de 1933 y fue todo un éxito. Mucho sirvió el estudio que por correspondencia realizó Zepeda, en La Salle Extensión University, sobre Contabilidad Superior y Administración de Negocios. En la página 15 el autor comparte: - rápidamente fue posible liquidar mi formidable adeudo y ya después los mayoristas tuvieron confianza en la cooperativa. Como es evidente, los socios no habían llegado a aportar capital, pero cada año, recibían puntualmente buenos dividendos, conforme al consumo hecho. Llegó el momento en que el local fue insuficiente y con una contribución del 20% de acuerdo a los dividendos, se constituyó un fondo especial que al cabo de pocos años sirvió para construir un flamante edificio proyectado por la cooperativa. La contribución aportada fue acreditada a los socios como acciones.
Los negocios de la cooperativa fueron siempre atendidos conforme a la Ley, por los consejos de administración y de vigilancia. Joaquín Zepeda Urrea, fue presidente del consejo durante varios años, sin percibir ningún tipo de salario, así como los demás miembros. Miguel T. Sesma fungió como gerente desde el principio hasta 1939, mientras que Zepeda alternaba sus funciones en el servicio del ferrocarril y en el sindicato.
En octubre de 1958, Zepeda Urrea recibió nuevamente la gerencia de la cooperativa, fecha en que el Sindicato había quedado en poder del Sr. Demetrio Vallejo. El consumo de la cooperativa era de 400,000.00 pesos mensuales, pero mediante una serie de modificaciones importantes en los sistemas de administración y reapertura de departamentos que se habían suprimido injustificadamente, el consumo aumentó en forma rápida, de tal manera que, para diciembre, es decir dos meses después, la venta ya había pasado el millón de pesos. En enero de 1959 el negocio marchaba viento en popa, pero se volvía a presentar un probable levantamiento de huelga en los ferrocarriles, que estalló en febrero argumentando el gobierno federal que esta era ilegal, improcedente y antipatriótica, originándose un desastre, ya que un pelotón de soldados con bayoneta calada cerró la cooperativa, sin escuchar ningún tipo de razones.

Super User

Libero tellus sit ipsum ante eu Curabitur nibh Sed Pellentesque nisl. Nibh quis laoreet mauris mi est quis nibh porttitor.

Sitio Web: www.joomlart.com