Ambos fueron reconocidos por Gabriel, por sus apodos de “El Nico” y “El Lalo”, que hasta donde sabe tienen su domicilio en el mismo sector y se la llevan causando molestias a las personas a todas horas del día.
Por ello el reportante al ver a los policías preventivos que realizaban recorridos de vigilancia los abordó informándoles lo que había pasado, ya que tiene temor a represalias ya que vive solo.
Agregó que al escuchar a los perros ladrar insistentemente le pareció extraño, al revisar la parte frontal no encontró nada anormal, siendo todo lo contrario en la parte posterior donde se encontraban los presuntos infractores de la ley.
Desde el interior les gritó cuando intentaban brincar el cerco, al verse descubierto corrieron, ignorando hacia donde se fueron, solicitando que se les buscara para que los detuvieran.
Se logró saber que a los presuntos amantes de lo ajeno ya se les ha detenido en otras ocasiones, pero no se les ha aplicado el castigo correspondiente, ya que los afectados no acuden al Departamento de Barandilla para asentar la denuncia.