Está la Secretaría de Marina con más de cien elementos desplegados en los dos municipios más otro tanto de refuerzos que se anunciaron el mes pasado para afrontar la situación de violencia.

Luego está la Sedena y la Guardia Nacional que también trajeron más personal en aras de colaborar con la ya famosa estrategia de seguridad para estas dos localidades.

Además, la Secretaría de Seguridad Pública tuvo a bien enviar más grupos de agentes de la Policía Estatal, así como 200 cadetes que están promoviendo un programa de custodia y vigilancia en zonas escolares.

Todos ellos apoyan la labor de la Policía Preventiva Municipal que carece de elementos, es cierto, solo que en esta temporada se han contratado a 100 auxiliares que vigilan algunos puntos específicos en la región.

Tal despliegue de fuerzas policiales tendría que ser suficiente para proteger los planteles educativos en el período vacacional sin que existiera peligro de robo o daños, pero no, como siempre falta gente y es cuando surge la corresponsabilidad ciudadana.

En efecto la labor de vigilancia es menester del Gobierno en sus tres niveles y es a esas autoridades a las que la ciudadanía puede apoyar con denuncias puntuales y poniendo cuidado en los edificios escolares que son sagrados para toda comunidad.

Con una denuncia a tiempo, el compromiso de cada ciudadano y la respuesta eficaz de la autoridad se podrá lograr blindar a los planteos educativos para que se alcance un regreso a clases sin robos ni vandalismo.