Su creación data de 2007 en la administración de Antonio Astiazarán donde el Cabildo aprobó la constitución de dependencias descentralizadas del gobierno con funciones distintas y el propósito de generar ahorro lo cual nunca se consiguió.

Así nació la Promotora Inmobiliaria que a la fecha sigue sin tener un programa de trabajo que justifique su existencia con acciones que se duplican con la Sindicatura, mucho personal, gasto innecesario, poca utilidad que sale cara y sin beneficio para la administración.

Está el Instituto de Festividades que solamente sirve para organizar el Carnaval mientras que el resto del año se dedica a apoyar otras dependencias como les pasa también a otras dependencias descentralizadas. De todas las únicas que no eran tanta carga para la Comuna son el DIF y la Administración Portuaria Integral Municipal, porque al menos se pagan la nómina y en el caso del sistema para el desarrollo integral de la familia pueden procurar donativos y tener relación con empresas, lo que no se puede hacer siendo parte directa del gobierno.

Y en la APIM si bien había ingresos para ser autosuficiente y recaudar constantemente durante 16 años apenas alcanzó a salir adelante con el gasto operativo desde sueldos hasta costo de oficinas, nunca tuvo dinero para invertir en otros espejos de agua ni para mantenimiento de la zona costera, de hecho, los trabajos de remodelación que hubo en la administración de Lorenzo de Cima le costaron al Ayuntamiento.

Por eso ahora que desapareció para transferir funciones al Gobierno Federal no hay gran daño a la operación de la estructura del gobierno y sirve para analizar la necesidad de tener tantas paramunicipales que duplican actividades con las dependencias ya establecidas. En tiempos de austeridad valdría la pena promover la fusión de esas áreas o al menos que el Ayuntamiento sea más exigente con los encargados para que sean verdaderos entes descentralizados con sus propios recursos para dejar de ser una pesada carga para el Gobierno Municipal.