Este debe ser el ejercicio en el que se concluyan los expedientes de Sara Valle, Francisco Genesta y ex colaboradores que tienen múltiples pendientes en las contralorías donde no se han presentado resultados hasta el momento.
De los procesos más avanzados en Empalme el de mayor peso es el que investiga pagos millonarios sin soporte legal a constructoras foráneas y faltante de equipo, mientras que en Guaymas la playa incluyente fue escándalo desde su proyección hasta ahora que se sigue la línea de la corrupción señalada por los actuales gobernantes.
Los tiempos legales arrojan que en cuestión de semanas tendrían que concluirse aunque sea algunos de los expedientes que se han promovido hasta en instancias penales donde todavía personal especializado de la fiscalía mantiene abiertas las carpetas, pero donde recae la responsabilidad principal es en la contraloría, área en la que al parecer ya se personó a Carlos Enrique Gómez Cota y a Lorenzo de Cima.
De los ex alcaldes nada se dice con todo y que para el pueblo son de los peores jefes de gobierno que se ha tenido en la historia, personajes que gozan de buena fortuna pues ni Sara Valle ni Francisco Genesta quisieron hacerlos pagar por sus fallas, en tanto que los actuales Ayuntamientos han dejado correr el tiempo sin castigo para nadie y por nada a pesar de tener pruebas contundentes.
El caso de la ex presidenta y del Pantico es más fácil, tienen un año y meses que terminaron la gestión, las evidencias están frescas, así lo repitieron al entrar en este trienio por lo que evadir una resolución los hace quedar mal porque ya ha pasado demasiado tiempo.
Si la contraloría logra concluir procesos con responsabilidad para ex servidores públicos ganarán credibilidad en cuanto a transparencia tanto en Guaymas como en Empalme, pero si retrasan respuestas si no hay un castigo, entonces van a quedar mal, muy mal porque demostrarían que no pudieron comprobar lo que señalaron o que hubo acuerdos políticos en lo local, algo que se ha negado una y otra vez.
Por eso lo mejor es no apostarle al olvido, salir adelante con los compromisos y que pague quien tenga que pagar por el desfalco y la corrupción que ha impedido el progreso en los dos municipios.