Hasta este día, las filas de la Policía Municipal están formadas por 255 miembros activos, además del comandante operativo, subdirector, comisario subjefe y jefe de Tránsito.

La cifra representa una reducción de alrededor del 40 por ciento desde el 2012 cuando se formaban más de 420 uniformados con diferentes rangos. Tan solo de 2018 a la fecha unos 70 elementos de seguridad pública han causado baja por renuncia en los más de los casos o por deceso y pensión.

De los que quedan, la inmensa mayoría no tiene un solo grado y registran antigüedad de entre 15 y 25 años, según el presupuesto de egresos que establece 91 plazas para agentes. Después se cuentan 69 con rango de policía tercero, 44 segundos y 36 primeros, así como 12 suboficiales y 3 oficiales. La radiografía de la Policía Municipal de Guaymas muestra la problemática interna que existe por falta de personal, desgaste de los miembros de mayor antigüedad y, claro, lo que no se ha podido erradicar: la mala imagen por corrupción.

Ahora, con mandos militares la Policía Municipal está en una nueva etapa de cambios con el pronóstico de más deserciones a partir de condiciones laborales de mayor presión y riesgo.

Quienes queden deberán ajustarse al nuevo modelo policial basado en la justicia cívica con intervención directa de militares en una estrategia de seguridad pública cuyo propósito es la proximidad social y prevención del delito con participación ciudadana.

En lo que se gesta esa transformación, este día es importante reconocer a la policía, pero a los buenos porque debe haberlos, a quienes dedican su tiempo por preservar el orden público y siguen en esa dura tarea de luchar por recuperar la paz en Guaymas.