Porque una cosa es asumir el costo del progreso y otra pagar consecuencias de una mala planeación como se ha visto en algunos tramos donde se han roto tuberías para generar fugas de agua, drenaje y hasta suspensión del servicio por parte del organismo operador del agua.
La misma CEA ha comunicado prácticamente todos los días las averías provocadas por máquinas de la empresa que impactaron el programa de distribución en el centro y oriente de la ciudad donde encima se detienen trabajos por los mismos derrames en un accidentado inicio de un buen proyecto que debe ser visto con seriedad.
Para realizar la obra, la empresa debió recibir los planos de la Comisión Estatal del Agua con los cuales establecer un plan de acción adecuado dentro de las maniobras para reponer infraestructura hidrosanitaria.
Y en la zona ganada al mar el cuidado debió ser extremo por las mismas inconveniencias del suelo que ocupa trabajos detallados de relleno con la complejidad ya vista en otras obras cercanas a la bahía en las que los contratistas tomaron todo tipo de precauciones.
En el caso de la Serdán se ha comenzado con problemas y más vale que se resuelvan porque la inversión de más de 400 millones de pesos es digna de reconocerse siempre y cuando resulte una obra de calidad en la que los comerciantes reciban beneficios no más problemas.