En este proceso de transición empezaron bien, con trabajo medianamente aceptable, respuesta a las quejas y un programa de distribución sólido que fue acumulando fallas hasta dejar sin agua a Empalme y parte de Guaymas este mes.

David Pintor es el administrador responsable de la 4T, tiene el apoyo de sus superiores, tanto como para dejar la sindicatura un tiempo y dedicarse de lleno a los cambios que se ocupan en la paraestatal para sanear sus finanzas y hacer una buena limpia.

Pero resulta que está rodeado de corrupción y así no va a poder salir adelante en la encomienda difícil de eficientar la peor dependencia del gobierno estatal en el puerto.

Y menos va a poder si, lejos de promover la honestidad, regresan las malas prácticas con figuras del pasado despedidas hace pocos meses por corrupción en el anterior sexenio.

Es el caso de Denys Arias Álvarez, quien fuera director del departamento técnico en la administración anterior y en quien pesa la carga de la culpa de irregularidades encontradas en su área, desde obras inconclusas, faltante de equipo, malos manejos de recursos y otras anomalías que siguen en investigación.

Resulta que el ex colaborador regresó y al mismo cargo que ocupó cuando gobernaba Claudia Pavlovich, pero ahora bajo las siglas de Morena, en un proyecto que basa su gestión en la honestidad.

De Denys se dice de todo, hasta se le atribuyen los últimos problemas por rupturas constantes en el acueducto que han generado colapso de la distribución de agua, también se le señala de tener un grupo con el que operó dentro de la paraestatal y de tener acuerdos con dueños de pipas.

Y no regresó solo, Noé Martínez, quien fue directivo de la CEA Sonora en el sexenio pasado, ahora es asesor del organismo en Guaymas en una decisión extraña como inaceptable para quienes creyeron que con la transición llegaría la eficiencia y que por fin se acabarían los problemas de abasto, de fugas de agua y drenaje.

No es así, al contrario, con ese equipo se termina la esperanza de mejoría y una vez más se asesta golpe al morenismo con todos sus principios de combate a la corrupción para dejar la gestión de la CEA en manos del viejo y sucio régimen que ha vuelto y por la puerta grande.