Como faltan todavía diez días para el acto cívico nunca se pensó que se pudiera valorar la posibilidad de cancelar el programa porque era el primero del presidente municipal y por la presión del sector comercio que busca mejorar ventas, además de que de pronto hacen falta actividades recreativas en medio de la desgracia.

Pero no en este caso porque el daño a familias fue muy alto, hubo gente que se quedó sin patrimonio, niños que se quedaron con lo puesto, ancianos que vieron inundarse sus pertenencias producto del trabajo del toda la vida y mujeres que no pueden ni llevar a sus hijos a la escuela porque no tienen recursos.

Con esas circunstancias adversas se solidarizó el alcalde y la decisión está tomada: no habrá grito ni bailes porque el pueblo no está para fiestas sino para continuar con la labor de reparación de daños y como quiera cualquier evento oficial distrae a quienes ahorita tienen que ocuparse del enorme rezago que dejaron las precipitaciones pluviales.

Ya habrá tiempo de festejar, hoy la mejor forma de conmemorar la independencia de México es con la unidad del gobierno y sociedad en torno a quienes más necesitan del apoyo para poder superar los daños y recuperar algo de lo que perdieron en una desgracia en la que hubo muchas pérdidas, es cierto, pero también representó la oportunidad de reafirmar los valores cívicos de solidaridad que caracterizan a la comunidad de Empalme.