Hoy que rinde su primer informe de actividades el análisis de gestión es obligado en un Estado que hace un año apenas comenzaba a superar la crisis posterior a la pandemia, proceso que le tocó encabezar al Jefe del Ejecutivo sonorense cuyo principal mérito radica en revivir a los sectores productivos a través de acciones muy puntuales en materia de salud, educación y economía.

Contra pronósticos, Durazo logró reactivar escuelas, abrir empresas nuevas y evitar cierre de otras para mantener empleos como forma para contener crisis económica e iniciar una etapa de nueva normalidad después de todos los problemas por el virus del Covid.

Este año Durazo además dio inicio a obras importantes para el desarrollo de Guaymas y Empalme, pero más allá de la inversión en infraestructura urbana si hay algo que reconocerle al Mandatario sonorense es la capacidad de gestión en diferentes niveles de gobierno y ante otros poderes.

Gracias a los buenos oficios de Durazo el Presidente de la República el Gobierno Federal multiplicó el apoyo y el presupuesto para la entidad en este ejercicio fiscal cuando Sonora contó además con el respaldo del Congreso de la Unión.

La buena relación con legisladores locales ha sido factor de avance en reformas y en asignación de más recursos para áreas sensibles como el desarrollo social y la salud con lo que se reafirma el estilo de conciliación del Gobernador emanado de Morena que ha conseguido sumar la colaboración de otras fuerzas políticas sin enfrentamientos estériles que nada le abonan al Estado.

Así, con múltiples retos y grandes expectativas de la ciudadanía, Durazo llega con buenos números a su primer año de gestión y empieza otra etapa en la que obligadamente deberá consolidar los proyectos que le han merecido tener la confianza de la población de Sonora.