La alcaldesa Karla Córdova González llegó al poder en una de las etapas más críticas en la historia de esta ciudad, con una sociedad lastimada que no cree en nada en virtud de las decepciones consecutivas provocadas por gobernantes ingratos que no valoraron el respaldo de la gente y defraudaron a la comunidad.
Por ello la doctora ordenó una serie de cambios al interior de la administración para intentar vencer viejas inercias y vicios muy arraigados en la estructura de la burocracia donde el moche era práctica institucional.
En un año se creó un sistema de controles en las dependencias con más quejas y fugas de recursos para aumentar sustancialmente los ingresos y descubrir una serie de irregularidades en manejo de varias cuentas y rubros como ordenamiento urbano, licencias, permisos, cuyo trámite era desaseado por decir lo menos.
En la Tesorería también se endurecieron las reglas para quitar el poder a empresas que cobraban por recaudar y comenzar una nueva etapa con más transparencia en el manejo de recursos públicos.
Claro en ese esfuerzo hubo empleados que tuvieron que ser despedidos porque no se ajustaron a las normas y también ha habido conflictos con sectores acostumbrados a tener acuerdos poco ortodoxos con el gobierno del pasado, todo eso es consecuencia de un esfuerzo por limpiar la institución, lo que no se ha logrado del todo pero sí debe reconocerse el avance palpable en números, con muchos más ingresos que otros años.
Sin duda, el logro se va a reflejar en la cuenta pública y en la optimización del presupuesto gracias a un trabajo que requiere valor político y un firme compromiso de honestidad que es lo que va a hacer que Guaymas supere su crisis constante y empiece la nueva etapa de transformación que ofreció esta administración municipal.