La iniciativa surgió a finales del siglo pasado en escuelas del centro del país por petición de madres y padres de familia preocupados por los riesgos de drogas y violencia al interior de edificios educativos donde dispusieron acciones con apoyo de las autoridades de seguridad pública.
La estrategia se volvió universal con el factor sorpresa como apoyo que permitió el decomiso de sustancias ilícitas, armas y hasta artefactos explosivos en algunos casos.
Con los años y el fortalecimiento de los derechos humanos, la dinámica cambio y ahora en cada revisión hay una notificación previa y todo un protocolo para que personal docente y hasta madres de estudiantes estén presentes en cada operativo que no puede realizarse sin consentimiento de directivos y sociedad de padres de familia.
Así se retomó esa acción en una secundaria de Guaymas Norte para complementar todo un programa de prevención en una zona de alto índice delictivo en la que ya se nota más la presencia de autoridades gracias a la Secretaría de Seguridad Pública que ha dispuesto acuerdos con objetivos y metas puntuales a evaluarse de manera periódico con lo que se da protección a estudiantes dentro de planteles.
Lo que ocurra afuera es responsabilidad de la Policía Municipal en coordinación con la Secretaría de Marina y lo que se fomente en los hogares es trabajo que le corresponde a mamás y papás para formar a hombres y mujeres de bien.