La verdad es que pudiera mantenerse en una zona confortable al ser el mandatario estatal con más poder del siglo: tiene el respaldo total del presidente de la República y una cercanía que le permite consolidar cualquier proyecto para la entidad.

Al gobernador lo avala el Congreso de Sonora con una mayoría sólida construida con capacidad política y en la cámara nacional de diputados y el Senado ha fortalecido relaciones con todas las fracciones.

Su nombramiento como presidente del consejo nacional lo coloca en una posición política de alto nivel más su buena relación con los sectores productivos y representantes de la sociedad civil.

Aun así, Durazo busca la eficiencia para no caer en las viejas prácticas de la simulación donde se aparentaba estabilidad cuando no la había con efectos negativos para el servicio público y ahora no es asi, finalmente el jefe del Ejecutivo sonorense sabe de su alta responsabilidad y quiere hacerlo bien para lo cual ha dispuesto ajustes en algunas áreas y están por definirse otros movimientos que no causan sorpresa porque son parte de la dinámica de un gobierno de la 4T.

Con la suma de perfiles nuevos y algunos con experiencia, Alfonso Durazo continuará el segundo año de gestión para concretar obras y cumplir compromisos con el objetivo de mantener la confianza de los sonorenses.