No han pasado ni seis meses desde la inauguración de la desalinizadora y resulta que ya tiene problemas como lo comunicó oficialmente la Comisión Estatal del Agua el fin de semana pasado para terminar con una ligera esperanza que todavía existía sobre la mejora en el servicio.

Según la jefatura Operaciones de la planta que opera una empresa española el pasado viernes uno de los dos trenes de producción dejó de funcionar debido a una falla provocada por una descompostura de pieza, para cuya reparación en el mercado local no existe un taller certificado, por lo que es necesario encontrar el más cercano, que en este caso se ubica en la ciudad de Chihuahua.

Contra lo que todos padecen en el puerto dijeron que la planta produce agua potable para Guaymas 200 litros por segundo, 100 por cada tren, por lo que la producción bajará a 100 lps hasta que la famosa pieza afectada sea reparada.

Y todavía expusieron que, al mismo tiempo de la descompostura del primer tren, se alcanzó a detectar una falla similar en el segundo, pero con oportunidad para lograr su reparación de manera local, lo que prácticamente detuvo su producción de 100 litros por segundo, reiniciándola este domingo a las 00 horas con 36 minutos.

Y encima Ricardo Montoya, administrador general de CEA, avisó que a este problema de la desalinizadora se sumaron dos fallas en los sistemas de operación, en el pozo 10 de la captación Yaqui y 04 de Boca Abierta, que fue solventada el domingo para afectar a poco más de 40 colonias en las que de por sí había problemas de bajas presiones.

Total, que las autoridades hablan de fallas, de piezas descompuestas como si nunca se hubieran invertido mil millones de pesos y como si el manejo de esa infraestructura fuese artesanal y no es justo para nadie, ni para el Gobernador que confía en el equipo de trabajo al frente de la planta y menos para usuarios de Guaymas y Empalme que sufren por tantos problemas sin solución.

Al final del día, los argumentos, pretextos, averías y demás comunicados sobre el desabasto no aminora las molestias ni la desesperación de la gente, comerciantes y familias que gastan en pipas y lo único que piden al gobierno es agua suficiente.