La historia comenzó hace 16 años cuando una secretaria fue contratada sin seguridad social y dos años después se incorporó otra empleada al área de intendencia, ahí permanecieron bajo condiciones laborales al margen de la Ley.
Carecían de prestaciones mínimas, enfrentaron retrasos de pago salarial y su permanencia era más con la esperanza de tener un mejor jefe cada que había un cambio de dirigencia.
Eso no pasó, al contrario, el PRI se vio inmerso en escándalos y cayó en manos de gente que vio solo por su futuro político para acumular derrotas y convertirse prácticamente en un partido fantasma en Guaymas tan es así que, desde hace dos años, las empleadas iban a la sede tricolor solo a cumplir porque no tenían funciones ni jefe presente en un abandono tal que provocó acciones legales por falta de pagos y liquidación.
El proceso fue rápido, el PRI no contestó la demanda y se fueron en rebeldía para acumular otra derrota, ahora en el ámbito laboral como una muestra más de falta de liderazgo e irresponsabilidad de quienes siguen al frente de un partido casi en extinción. De los dos juicios, uno ya causó ejecutoria a través de las prerrogativas que recibe el tricolor y el otro caso va por el mismo camino en un resultado en el que la dirigencia municipal colaboró por ausencia y omisión.
Con ese escenario, la debacle del PRI en Guaymas está confirmada solo falta saber si en algún momento ese partido va a desaparecer oficialmente o continuarán con la simulación esos líderes ambiciosos que surgen en cada proceso electoral para obtener puestos públicos sin interés ni aspiraciones con la verdadera militancia abandonada entre las pérdidas del tricolor.