Javier Alonso Hurtado Barboza puso en evidencia a personal del mencionado nosocomio, aseverando que se negó a prestarles el servicio médico, a pesar de tener conocimiento que acudieron desde el área rural.
Hurtado Barboza denunció que primeramente llegó a la clínica urbana de Empalme, en donde le dijeron que no tenían la capacidad de atender a su hija, y le indicaron que se dirigiera al Hospital General de Guaymas.
Tal como se lo indicaron, se trasladó a dicho nosocomio, en donde la asistente médico lo atendió, después de varios minutos, su hija adolescente se aquejaba de uno de sus dedos de la mano, ya que presentaba una uña a punto de desprendérsele.
La mujer dijo que no tenía nada en su dedo y que no era necesaria la atención médica, desestimando el caso.
El padre, muy molesto, buscó una segunda opinión, y fue atendido por una médico, quien aseguró que lo ayudaría.
Se dirigieron ante la misma asistente y, aun molesto por su actitud, el padre decidió tomarle una foto, situación que cambió radicalmente la posición de la médico, quien se retractó de prestarle ayuda, argumentando que eso no debía de hacerlo.
Preocupado por la salud de su hija, Javier Alonso decidió buscar un lugar dónde atender su problema de salud, por lo que decidió acudir a Cruz Roja, lugar en donde fue atendida de forma correcta y profesionalmente.
Aunque le cobraron una cuota simbólica, le resolvieron su problema, lo cual agradeció ampliamente.
Posteriormente, acudió a esta Casa Editorial, con el fin de evidenciar la falta de ética de personal del Hospital General.
“Es lamentable la indolencia con la que laboran algunos trabajadores de la Salud, lejos de cumplir con su cometido, tengan esta actitud, nosotros carecemos de servicio médico y nuestra esperanza era esta institución”, lamentó el angustiado padre.
“Considero que el hecho de tomar una foto no es razón para negarle la atención médica a mi hija, y la doctora que primero dijo que me ayudaría, cambió totalmente su actitud y dijo que no podría ayudarme”, concluyó.