Armando “Perro Mocho” López Tesisteco, mundialista juvenil de Edmonton, Canadá, en 1981, donde se quedaron a un paso de lograr el título, cuando en el partido estelar contra Estados Unidos le pegaron un batazo que todavía no ha caído al también guaymense Benito “Yuyo” Velarde, evoca el propio jugador.
El mejor pitcher de pelota Guaymas desde los setentas y ochentas por lo menos, cuando las reglas del softbol no permitían “volar” a los lanzadores.
“Pero son cosas de los tiempos y hay que admitirlo, dice López Tesisteco, autor de bastantes juegos sin hit ni carrera, un mundial juvenil, un preolímpico y nacionales varios.
José Luis Cadena Domínguez, consagrado en softbol y beisbol, recuerda que su máxima hazaña en la pelota gorda fue conectarle un jonrón a José Suzuki, una de las vacas sagradas del pitcheo sonorense de los ochentas, alineando con el poderoso equipo de Ciudad Obregón, en un estatal de Primera Fuerza celebrado en Ciudad Obregón, para eliminar al potente selectivo anfitrión, ante la sorpresa de propios y extraños que no creían que un modesto equipo como el de Guaymas, los hubiera dejado en el camino.
La otra, haberle pegado un doblete en el mundial de China, Taipéi, a Mike Musssina, posteriormente una estrella de los Yanquis de Nueva York y Orioles de Baltimore, entre otras franquicias de Estados Unidos, cuya rica trayectoria le valió ser entronizado al Salón de la Fama de Cooperstown.
El otro, Jesús Orozco, el afamado “Roba Bulbos”, quien firmara para los Diablos Rojos de Liga Mexicana de Beisbol y a punto de debutar en el profesionalismo se coló a Comisión Federal de Electricidad, donde actualmente goza de los beneficios de todo jubilado de dicha paraestatal.
“Chuy” es un ejemplo para todos los peloteros de cualquier categoría de Guaymas, pues con sumo respeto al uniforme que porta, al terminar cada partido se lo quita y guarda, se pone ropa de civil y a disfrutar de las ambarinas. Nadie, que yo sepa, hace algo similar, menos en los tiempos actuales.
Un cuarto personaje es Miguel Ángel “Kony” Quevedo, un brillante mánager de softbol y beisbol y a sus 75 años de edad sigue activo en la dirección de equipos, por rumbos de La Ganadera.
Ellos son pues, figuras del deporte guaymense.
Por coincidencia, tanto Jesús Orozco recuerdan el pavoroso batazo que recibió “El Halcón” Collins en el parque de Santa Rosalía, Baja California Sur, por parte de “El Flechas”.
Dicen que está el estadio, un baldío como de 40 metros, luego una datilera; pues por allá viajó la esfera, tumbando todo a su paso.
La versión me la confirmó el extinto Manolo Gil, a quien le pegó otro batazo que le dio en el guante y la esférica cayó dentro de la manopla, pero atrás del segunda base.
“Era un salvaje ese amigo”, me dijo Manolo en aquella ocasión; “se paraba de forma desgarbada y traía vendas hasta en las orejas, pero le daba con verdadero rencor a la esférica.
Armando López Tesisteco puede ser considerado el mejor pitcher de softbol surgido de suelo guaymense, hecho jugador por “El Conejo” Luna y Francisco Pascual Guerrero, en sus tiempos de office boy de la Oficina Federal de Hacienda, pero dice que en realidad fue la práctica constante, pues duraba horas y horas tirando pelota contra la malla, todos los días.
López Tesisteco recomienda a la nueva generaciones de lanzadores, que es lo que tienen que hacer; tirar, tirar y tirar, lo más fuerte que puedan, ya que el control es un segundo paso, pero lo más importante es estar allí y tener una gran disciplina, pues sin ello, no se llega a ningún lado.
Recuerda a grandes lanzadores de su tiempo como Jesús “Chummy” Ramírez, Santiago “Vaquero” Vázquez, el profe Ricardo Galaz, Armando Guzmán, un poco más acá Ismael “Cepillín” González, Fabián González, el hermosillense Luis Carlos “Brujo” Hurtado, quien jugó una temporada en Guaymas, Gustavo Antillón, Pancho Romandía, Quiquí Llánez, Sergio Llánez Rueda, Martín “Chiruza” Arballo, todos ellos excelentes lanzadores que hicieron época.