La justicia social que tanto se ha pregonado en el gobierno de la Cuarta Transformación se ha convertido en muy selectiva, no llega a quienes la piden, como ocurre con los trabajadores ferrocarrileros liquidados tras la privatización del sistema ferroviario nacional, Manifestó Rosalío Escárrega Acosta.
Integrante del grupo Fraternidad de Rieleros de Empalme, aglutinada en la Gran Comisión Ferrocarrilera, Escárrega Acosta reprochó que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador está pasando por encima de articulados de la Ley Federal del Trabajo, y mucho más de los Contratos Colectivos de Trabajo, en perjuicio de los trabajadores.
Dio a conocer que en relación a la lucha que mantienen en busca de una jubilación a quienes trabajaron en el ferrocarril y fueron liquidados, agrupados en la Gran Comisión Ferrocarrilera, ya han hecho entrega de tres escritos al presidente López Obrador, solicitando su apoyo e intervención, pero hasta el momento no han obtenido contestación alguna.
El primer escrito se le entregó el 10 de febrero en Guaymas; el segundo el 20 de mayo en Vícam, y el tercero el 20 de agosto en Guaymas, todos en este 2022, y hasta hoy en día han sido ignorados.
Escárrega Acosta pidió que a los ferrocarrileros liquidados se les brinde un trato similar que, a los trabajadores de la desaparecida Luz y Fuerza del Centro, pero no igual, pues a la mayoría les fueron pisoteados sus derechos.
Y es que, de 44 mil trabajadores que fueron despedidos de la desaparecida empresa, solo a nueve mil se les hizo justicia con una jubilación, en este caso a quienes tenían más de 20 de antigüedad, cuando la Ley establece que tienen ese derecho aquellos que tuvieran de 10 años de servicio en adelante, puntualizó.
Es por eso que pedimos un trato similar, agregó, porque se les volteó a ver en sus exigencias, en la tan cacareada justicia social, pero no igual, porque a la gran mayoría no les respetaron sus derechos.
Aseguró que en el caso de quienes fueron liquidados del ferrocarril en 1998, la mayoría tenía más de 10 años de servicio, y, por tanto, con derecho a una jubilación proporcional, la cual hasta el momento se les ha negado, “que si bien es cierto mucho tiene que ver la corrupción de los anteriores gobiernos neoliberales y de abogados corruptos, pero aun así tenemos nuestros derechos a salvo”.
El ex ferrocarrilero sostuvo que en Sonora la justicia social solo ha llegado a la tribu Yaqui, pero de ahí en fuera todo sigue igual, en especial los trabajadores.
Por todo esto, les pido a mis representantes de la Fraternidad de Rieleros de Empalme, y a los líderes de la Gran Comisión Ferrocarrilera, que no se vayan a dejar engañar; que les tenemos confianza por sus conocimientos en materia laboral, contractual y legal, así como por su tenacidad en lucha social y, sobre todo, por su honorabilidad y limpia moral, puntualizó.
Porque a pesar de todo el despojo que nos hicieron, abundó, seguimos conservando nuestra dignidad y el orgullo de ser obrero y pertenecer al gremio ferrocarrilero.