Mientras los cuarteles están llenos de mujeres y hombres valientes, responsables, capaces, con vocación de servicio, las oficinas de los ediles lucen vacías, sin productividad, a veces hasta con fiestas y siempre con gente a la espera de sus representantes populares, muchos de los cuales ni siquiera van a Palacio Municipal ni a sesiones.
Los bomberos ganan unos 3 mil 500 pesos cada quincena, trabajan jornadas extenuantes con riesgo a la vida en cada servicio, acuden a todos los llamados desde un incendio forestal, accidentes con personas prensadas, rescates en cerros y en mar, fugas de gases, derrames de tóxicos y en días recientes se han hecho presentes en eventos violentos con quema de comercios, carros y edificios.
Nunca dicen no, aunque les paguen poco, a pesar de que el equipo, uniforme y adiestramiento lo tienen por los donativos de la gente y no por gestión de ediles, ellos cumplen con su encomienda siempre.
En contraparte, regidores ganan cerca de 20 mil pesos al mes, reciben bonos de gestión social, de combustible, asesorías, gastos de oficina, viáticos, tienen 4 secretarias, una auxiliar, en un presupuesto de alrededor de 12 millones de pesos al año.
Su obligación legal es acudir a una sesión ordinaria al mes, a veces faltan, también deben cumplir con sus comisiones, pero muchos no han realizado una sola reunión en esta administración y otros como los de la Comisión de Salud se juntan para aprobar anuencias de alcohol o grillar a quien nada les debe.
Si se les pide apoyo responden cuando les conviene políticamente, no defienden los derechos del pueblo en las sesiones donde apenas hablan y pudiera decirse que se les paga por ir a sentarse cómodamente unos minutos, decir presente y levantar la mano en sesiones cada vez más breves.
Y ellos son los que les han regateado a los bomberos la homologación salarial que tanto se ha solicitado para tener prestaciones justas que se merecen por su labor diaria, callada, valiente y honorable que contrasta con la soberbia de quienes dicen ser gobierno solo cuando les conviene olvidándose de sus principios, de sus valores, de sus compromisos.
Ahora, que se inicia el análisis para elaborar el presupuesto de egresos y consideran aumentos salariales, los regidores debieran hacerles justicia a quienes les ponen el ejemplo de trabajo, para aprobar un mejor sueldo a bomberos que se han ganado el respeto de la comunidad y merecen condiciones laborales dignas.