Sea cual fuese la creencia, sin duda hay coincidencia generalizada en la necesidad de renacer como sociedad al generarse un proceso de recuperación después de la pandemia que sacudió a todos por igual.

Este día es distinto como lo fue todo un año en el que la niñez por fin pudo regresar a su vida normal con dos ciclos escolares recluidos en sus casas por el riesgo del Covid y es justo esa circunstancia uno de los factores que cambió esta nueva generación para obligarnos a ser mucho más considerados con pequeños cuya vida y futuro será distinto a partir de tragedias en salud, economía y educación.

Y cuando para todos los sectores desde el empresarial hasta el gobierno cuesta trabajo volver a empezar en una crisis que parece interminable, la infancia pone el ejemplo de adaptación en su inocencia que no tiene obstáculos ni parece rendirse ante los retos.

En este ciclo escolar en Guaymas y Empalme se presentaron más logros académicos en rubros como matemáticas, historia, artes y ciencia, además hubo grupos de pequeños deportistas que pusieron en alto el nombre de Guaymas y Empalme al alcanzar primeros lugares en competencias de beisbol, futbol, gimnasia, voleibol, atletismo y en la cultura también se pudo destacar gracias a niñas y niños yaquis que participaron en congresos internacionales.

Los infantes no pusieron pretextos en la nueva normalidad, se adaptaron al uso de cubrebocas, luego a las clases a distancia y al volver a las aulas se sujetaron a todas las reglas sanitarias y después se acostumbraron rápido a dejar todo eso atrás para retomar prácticas que para todos los adultos han sido difíciles.

El otro gran reto que les tocó superar tiene que ver con la violencia en medio de ataques en zonas escolares donde los estudiantes fueron víctimas del miedo pero eso no fue impedimento para que superaran todo riesgo y se presentaran nuevamente a clases horas después de los incidentes como si no hubiera pasado nada y ese sí es un gran sacrificio.

Por todo ello, hoy es día de celebrar a los pequeños de casa, de hacer un alto en el camino para valorar a la nueva generación con todos sus retos, para apoyar esa gran capacidad de sobrellevar los problemas que se presentan en el día a día y para procurar un mundo mejor para esos pequeños que hoy tendrán una noche buena y por quienes todos, sociedad y gobierno, debieran trabajar para que nadie por ninguna razón borre su sonrisa ni su inocencia. Feliz Navidad!