Todo inédito, todo histórico, claro, lo que más pesa son las tragedias y como nunca las dos ciudades se vieron inmersas en una situación de violencia tal que impactó en todos los sectores con un aumento exponencial en el número de muertes, desapariciones y secuestro.

Sí, después de muchos años Guaymas volvió a vivir una circunstancia de privación de libertad con exigencia de rescate que provocó terror en una familia hasta que las autoridades lograron poner a salvo a la víctima. Imposible olvidar la crisis en San Carlos que derivó en cierre de algunos negocios y asesinatos brutales para lo cual hubo una puntual reacción de las autoridades.

Y por cada evento violento existió siempre la promesa de mejorar, el arribo de refuerzos, las reuniones de la mesa de seguridad, los operativos conjuntos entre los tres órdenes de gobierno.

En medio de la inseguridad algo se tenía que hacer porque lo peor que le puede ocurrir a un pueblo es volverse preso de su propio miedo y en esta región se puso el ejemplo, sin esperar a que el gobierno cumpla o subsidie las pérdidas, todos salieron a trabajar con más ganas, los comercios volvieron a abrir con pocas ventas pero muchas ganas, las escuelas lastimadas por violencia siguieron sus jornadas porque los estudiantes deben seguir aprendiendo, los industriales, turisteros, empresarios igual continuaron con campañas de reclutamiento en una labor titánica por conservar y generar empleos.

Y mientras el sector productivo luchaba por sobrevivir, las nuevas generaciones respondieron de la mejor manera posible para regalarle a Guaymas y Empalme los primeros lugares en competencias como la medalla de oro en un concurso internacional de ciencia con mérito para una joven de Empalme estudiante de universidad.

Y los campeonatos de beisbol, gimnasia, futbol, además de los triunfos en matemáticas, tecnología y deporte, producto de la dedicación de niñas, niños, adolescentes y jóvenes que le devolvieron la sonrisa a este pedacito de México tan lastimado por la violencia.

Y es justo por ellos, por las nuevas generaciones que nadie en Guaymas ni en Empalme debe darse por vencido, contra la crisis, a pesar de la inseguridad y por el futuro hay que seguir adelante, trabajar, aprender a sobrellevar los miedos y continuar por el camino derecho ahora que más se necesita de valores y de paz.

Así es como se proyecta el 2023 y el deseo general es que cada familia de lucha logre su propósito, que cada comerciante tenga éxito, que cada obrero y obrera logren ascender, que los pescadores lleguen a buen puerto y los jornaleros tengan buena cosecha, que las familias estén unidas y que la niñez sonría siempre. Feliz año nuevo!