La declaración de este, en el sentido de que lo sucedido es una muestra del respeto que tiene por la institución, se parece a las palabras de la zorra que tras varios intentos no pudo alcanzar el racimo de uvas. "De cualquier modo no las quería -dijo desdeñosa-. Están verdes". Fue claro el intento de López Obrador de apoderarse de la Corte a través de su Yasmín Esquivel, su corcholata. De no ser por el escándalo que levantó el presunto -es un decir- plagio de su tesis para recibirse de abogada, es muy posible que el caudillo de la 4T se hubiese salido con la suya. Desde luego es impensable que esa señora haga renuncia de su cargo a pesar de todas las evidencias en su contra. Hay que decir, empero, que su presencia en la Corte será un desdoro para la institución, y un recordatorio constante del amiguismo que llevó a AMLO a ponerla ahí y a defenderla ante las imputaciones de que ha sido objeto. La palabra "pansismo" es fea palabra. Designa la actitud de quien pone su provecho personal por encima de valores como el decoro y la dignidad. Por la puerta principal entra a la Corte su nueva Presidenta. La puerta trasera está de par en par abierta para quien ahora es una compañera incómoda para sus colegas. Merece la Corte aplauso de reconocimiento. Primero resistió la intentona de AMLO para prolongar el mandato del ministro Zaldívar, quien se había mostrado obsecuente a sus dictados y cuya actitud ambigua ante la maniobra del Presidente acarreó daño a la Corte. Luego los ministros actuaron con independencia y autonomía frente al autoritarismo presidencial. Habrá que tener cuidado, sin embargo. Esta evidente derrota exacerbará la inquina de López Obrador contra esta institución y contra las demás que defiendan ante él su independencia. En otros países de América Latina se ha visto ya lo peligroso que puede ser un autócrata despechado. "Me voy a casar" -les anunció la linda Dulcibel a sus amigas. Preguntó una: "¿Cuándo será la boda?". Contestó ella: "Mi novio quiere que sea en marzo, mis papás que en mayo, y la cigüeña dice que lo antes posible". El padre Arsilio estaba ejerciendo el apostolado de la nalga, que así se llama en lenguaje coloquial de clérigos el acto de administrar el sacramento de la reconciliación. Quiero decir que estaba confesando. Uno de sus feligreses le dijo: "Me acuso, padre de tener una chingá sospecha de mi esposa". "Hijo -lo amonestó el buen sacerdote-. Estás en la casa de Dios. Te ruego que no uses aquí expresiones pertenecientes al habla profana". "Perdone, señor cura -se disculpó el sujeto-. Es el recelo que le digo lo que me hace incurrir en esas faltas". Preguntó el confesor: "¿En qué consiste tu sospecha?". Explicó el penitente: "Como usted ve, padre, yo soy de tez clara, ojos azules y cabello rubio. Mi esposa es también muy blanca, igual que yo. Tenemos un vecino de color, maraquero en el conjunto de música afrocubana 'Los reyes de la guaracha'. Mi esposa acaba de dar a luz, y el bebé salió negrito". El padre Arsilio se puso entonces una mano en el mentón y dijo meditativamente: "Ah chingao. Ah chingao"... El joven Drácula se inclinó sobre los albos muslos de la hermosísima doncella. Le dijo: "Eso de chupar el cuello es cosa de la generación pasada". FIN.
MIRADOR
Por Armando Fuentes Aguirre
Don Abundio fue el primero que vio al diablo.
-Anda cerca de la poza donde se bañan las mujeres -contó en aquel entonces-. No es como el de la lotería. Es un señor muy educado. Me saludó con mucha cortesía y me dijo que iba a andar siempre rondando por ese lugar, pues el Potrero le gustaba mucho y ya no se iba a ir de ahí.
Hace unos días, después de bebernos un par de copas de mezcal, o tres o cuatro, el viejo me dijo la verdad:
-Inventé esa patraña porque los hombres se escondían en el carrizal para ver a las mujeres cuando se bañaban. Desde que les dije que por ahí andaba el diablo dejaron de ir.
Le pregunté, escéptico:
-¿Y entonces por qué las mujeres siguen yendo a bañarse en la poza, si por ahí anda el diablo?
Me respondió:
-Ellas no le tienen miedo.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS
Por AFA
". Una mujer al frente de la Suprema Corte.".
Eso tan bueno que pasa
no nos debe sorprender.
Igualmente una mujer
está al frente de mi casa.
NOTA
La opinión del autor no es responsabilidad de esta Casa Editorial.