Sí, así de frívolo es el criterio de directivos del corporativo industrial más importante en la zona noroeste del país y uno de los más grandes del mundo a pesar de que los dueños de las plantas son de Estados Unidos, un país distinguido por el cumplimiento de normas de seguridad.
El problema aquí es que no son los norteamericanos quienes implementan prácticas de peligro para personal, sino los mismos mexicanos, los propietarios de los parques y los altos ejecutivos que piensan que la imagen de maquilas puede dañarse con incidentes relativamente comunes y que han dejado de invertir en protección civil porque asumen que su cercanía con el poder les permite hacer y deshacer con la gente.
Esta semana hubo dos incidentes que no pudieron ocultarse con todo y que la empresa buscó de una manera temeraria minimizar el saldo de los incendios para cometer atropellos a los derechos humanos con decisiones que rayan en la crueldad.
En el primer incendio dentro de una planta hubo cuatro intoxicados, dos de las cuales tuvieron que ser trasladadas a un hospital solo porque perdieron el conocimiento mientras que a los otros dos se les atendió internamente.
El colmo fue el jueves en el segundo incendio del parque Roca Fuerte que dejó como saldo por lo menos un empleado con quemaduras y más de diez atendidos por intoxicación durante el siniestro generado en un contenedor.
A los lesionados no los llevaron al Seguro Social ni al que tuvo heridas en una mano para la correspondiente incapacidad, menos a los que inhalaron humo y tuvieron malestares leves por intentar apagar un incendio sin el equipo adecuado con tal de cumplir las órdenes de sus jefes que les tienen prohibido llamar a servicios de emergencia aunque sean necesarios como es el caso, con todo y que el encargado de protección civil interna es bombero, trabajó en Cruz Roja y conoce el protocolo a seguir en esos casos.
Para él y directivos es más importante tapar una falla que la integridad física de los empleados, cuando es del dominio público que los incidentes de esta semana y otros que no han salido a la luz pública fueron provocados por fallas graves que ameritan multas.
Y como los jefes son cercanos al poder no hubo ni habrá sanciones en actos de complicidad peligrosos para mucha gente que ha visto en maquilas una gran oportunidad de trabajo, claro que lo es, pero no por eso van a arriesgar personas ni violar leyes de manera sistemática como si no hubiera reglas que cumplir ni autoridades capaces de aplicar correctivos.
Después de los incendios más vale que el gobierno asuma su papel como se debe, que no proteja intereses empresariales y realice una evaluación a fondo para corregir todas las fallas que los empresarios maquileros pretenden ocultar por ganar dinero.