Ya desde el sexenio anterior la región fue castigada por decisiones presupuestales agresivas y dolosas, recortes, suspensión de subsidios, negocios muy evidentes como los medidores, conflictos con directivos locales, pero fue hasta esta administración que se registró una crisis tremenda con la indiferencia de los jefes estatales que ni siquiera parecían preocupados por la situación grave en la región y lo peor fue que mientras el gobierno promovía inversión, en Guaymas y Empalme no había dinero ni para nómina ni para material, con saldo en perjuicio de miles de familias.
Con todo esto la remoción de Jardines fue natural y ahora vendrá el cambio en lo local porque el administrador actual formaba parte del equipo del ex director por eso su baja es inminente. Falta saber quiénes serán los nuevos funcionarios que deben tener experiencia, capacidad y ganas para resolver las cosas que generan contaminación, desperdicio del vital elemento y trastocan la calidad de vida de miles de guaymenses.
Por lo pronto y siempre a la espera de resultados, la salida de José Luis Jardines se le reconoce al Gobernador como un gesto de buena voluntad y de aceptación de que hay problemas graves en la CEA que se deben resolver con gente nueva que sí quiera trabajar de manera decente y responsable.