Se trata de casi cinco mil millones de pesos destinados a abatir el rezago histórico en las comunidades yaquis donde Andrés Manuel López Obrador signó el pacto de justicia que ha cumplido a cabalidad en dos años, tiempo en el cual ha promovido la construcción de una universidad, centro de salud, el banco del Bienestar, así como la pavimentación e iluminación de vialidades.

En el rubro de la educación, además del edificio de nivel superior, en la etnia se repararon varias escuelas, en las que se habilitó línea de agua y drenaje porque en muchas ni siquiera eso había, al igual que en los pueblos donde adolecían de desabasto del vital elemento.

El Presidente pisará nuevamente los pueblos indígenas de Sonora para supervisar esos avances dentro de un plan amplio que supone el ejercicio de 12 mil millones de pesos, de los cuales ha invertido casi la mitad que incluye programas sociales especiales para la niñez, personas de la tercera edad y la asignación de tierras para que sean trabajadas con proyectos productivos que el mismo gobierno federal ha creado para la etnia.

Parecerá mucho, pero es lo que López Obrador prometió y ha cumplido en la zona de mayor marginación en el municipio de Guaymas con alto índice de pobreza extrema, hambre y rezago que el Mandatario Nacional se dispuso a abatir a base de un proyecto ambicioso que vino a responder a demandas añejas y que va a representar un cambio de visión en las nuevas generaciones de las comunidades yaquis.

Ahora, niñas y niños indígenas verán que tienen más oportunidades, a través de la educación, que estudiar es el camino para salir adelante de la marginación y que el progreso no llega con dádivas del gobierno ni sin trabajar como lo hicieron algunos grupos de yaquis. Esa es la idea del Jefe del Ejecutivo y llegará a Guaymas para refrendar el compromiso con las familias más pobres que gracias a la política social podrá tener mejor calidad de vida.