02 Marzo 2023 Escrito por  EL VIGIA

EL DEDO

Cuando la cabeza de familia es débil, el hogar se descompone. Sucede lo mismo en una construcción si fallan los cimientos lo más probable es que la obra no sirva y eso es exactamente lo que pasa en los conflictos recientes dentro de planteles educativos.

En Empalme, personal docente y directivos del Cet Mar se han enfrascado en pleitos que solo impactan en sus intereses porque no hay una razón lógica para que se genere un problema penoso por tratarse de profesionistas que un día se pelean por los baños, otro por una puerta y luego por el patio.

En todos los enfrentamientos, la autoridad rectora de Cet Mar no aparece ni como réferi para mediar o ejercer su poder de control entre las dos partes. Así están también en la Secundaria Técnica 71, con dos grupos en pugna por la directora que ya tiene toda una historia en ese plantel desde hace años.

Unos no la quieren y hacen plantones, otros la defienden y se confrontan con el resto para mantener un ambiente de tensión en la escuela donde la Secretaría de Educación ha dejado pasar tiempo valioso para resolver los conflictos que con seguridad afectan al alumnado.

Porque, aunque en los dos casos se insista en que son conflictos que no impactan en el programa educativo, la realidad es que cuando directivos y profes riñen, no se puede pensar en que puedan estar frente a grupo con normalidad y el empeño que necesitan los educandos.

Por eso las autoridades educativas competentes en cada escuela deben hacerse presentes y resolver de inmediato los problemas para evitar que crezcan y para cumplir con la responsabilidad de conservar la estabilidad laboral en escuelas donde los adolescentes y jóvenes van a aprender no a ser testigos de pleitos constantes.

 

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