02 Mayo 2022 Escrito por  EDITORIAL

EDITORIAL

La violencia familiar es el delito con mayor impacto en la sociedad porque incide en el aumento a la delincuencia. La estadística arroja que un 75 por ciento de las personas que purgan condena por algún delito grave han sufrido algún tipo de maltrato durante su vida, principalmente en su etapa de infancia, lo que no justifica sus hechos, sino que sirve para establecer parámetros sobre la importancia de

atacar ese mal como parte de la estrategia para inhibir la criminalidad en el Estado. La Secretaria de Seguridad Pública Dolores del Río, acaba de actualizar números en cuanto a violencia familiar, confirmando que es el de mayor recurrencia en Sonora, Estado que ocupa el lugar número 16 a nivel nacional. Sin embargo, en cuanto a reportes al 911, la entidad está en el tercer lugar en el país, tan solo entre enero y abril se recibieron 16 mil 352 denuncias de diferentes municipios, llamadas que en su mayoría no se concretaron en denuncias formales en la región Guaymas-Empalme. La funcionaria estatal tiene claro que hay un problema de atención a las víctimas porque como ella misma lo acepta, "no se puede traer como resultado de un servicio que no contestaron, no se le dio seguimiento o no hay novedad", por ello ofreció que a partir de esta semana habrá más control en lo que respecta a datos precisos de las víctimas, para que cada llamada sea atendida de manera pronta y correcta, donde se sepa con claridad lo que sucede dentro de los hogares en los que se registran las quejas. Esto quiere decir que los reportes tienen que corroborarse con un trabajo coordinado, efectivo, bajo los protocolos que ya existen y se han pasado por alto, generando incertidumbre en las familias que sufren violencia. Con los acuerdos por la paz firmados en Guaymas por autoridades de los tres niveles de gobierno, ahora es obligación atender a personas que viven maltrato en base a los lineamientos que marca la Secundaria de Seguridad con lo cual no se resuelve en definitiva el grave problema de violencia familiar en la sociedad, pero al menos es una esperanza para que las víctimas reciban atención, se atrevan a denunciar y a salir de un entorno de riesgo que solo genera más problemas en un futuro.

 

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