Siglas partidistas al margen, el cambio en el organismo operador del agua inició en enero con la llegada de Noé Martínez, ingeniero que ya había estado en la CEA de San Carlos y como directivo a nivel estatal. Su presencia fue opacada por su pasado priista de tal suerte que no obtuvo un cargo dentro de la estructura pero le dieron una encomienda importante al ser el supervisor del proyecto de la desalinizadora. El mes pasado, la sacudida en la dependencia estatal siguió con el nombramiento de la arquitecta Cristina Navarro en la dirección del departamento técnico como un adelanto de la salida de David Pintor que ya se formalizó la semana pasada. Así, Morena fue desplazada pero no por el PRI ni por el PAN, fue relegada por los problemas internos y los malos resultados en la gestión de los primeros meses de este naciente sexenio encabezado por Alfonso Durazo y por las constantes quejas ciudadanas que ejercieron presión en la capital del estado al grado de motivar un cambio de fondo. Que los veteranos de otros partidos aprovecharon los yerros de principiantes para acomodarse y después ascender en la pirámide de la 4T? Puede ser, finalmente, tienen trayectoria en el servicio público, saben de lo bueno y de lo malo en el gobierno y lograron quedarse en un área difícil como codiciada, en la que se habrán de invertir cientos de millones de pesos para intentar resolver problemas ancestrales que no pudieron atender los del equipo de Morena con todo y buenas intenciones. Ahora se ha anticipado que el mismo Noé Martínez puede llegar a la administración de la CEA y ese sería el mensaje final de la capital del estado a Guaymas: el partido importa, las oportunidades se dan pero hay que dar resultados rápido porque así lo demanda la gente y ni para el gobierno ni para la ciudadanía va a ser prioridad una sigla o un color, sino que se cumpla con las promesas de eficiencia en Guaymas.