Paulina Soto González, no debió imaginar que pudiera ser removida de la dirección del DIF por las coincidencias en la administración y el apoyo demostrado por la Primera Autoridad en los incidentes que protagonizó desde la paramunicipal. Tal vez el exceso de confianza fue lo que produjo que la ex funcionaria no llenara la expectativa en el DIF donde se ocupa más experiencia y conocimiento de la estructura para la asistencia social, desde habilidades para lograr fondos internacionales hasta los trámites para acceder a apoyo general o relaciones públicas con quienes pueden realizar donativos. La Alcaldesa sabe de eso porque antes de gobernar apoyó diferentes proyectos sociales y espera que su administración se distinga por tener rostro humano, Paulina no era la figura adecuada y, con afectos y todo, se promovió la renuncia más sorpresiva de todas las que se han presentado en esta administración y la verdad es que ocurre en un buen momento porque no falta quien se sienta más Alcaldesa que la doctora y empiecen a formarse grupos de poder para ver intereses ajenos a los de Guaymas. Con esta decisión, más de un funcionario se la va a pensar para hacer algo al margen de su función porque la doctora dejó muy clara su postura con respecto al gobierno y que cuando se trata de evaluar no hay amistades ni afectos, solo prevalece la capacidad de dar resultados y rápido.