Dentro de lo positivo se puede abonar la forma en la que el Gobernador llegó al poder con un estilo de austeridad y sobriedad distinto a los anteriores mandatarios.
Esa forma sería le ameritó el reconocimiento de la clase política que colaboró para que se generara una transición sin mayores problemas a pesar de que se han impulsado reformas importantes en el sistema de gobierno.
Pero si hay algo que debe destacarse de Durazo es la manera en la que actuó ante las deficiencias y rezago, al buscar soluciones antes de enfrascarse en una repartición de culpas chocante que no deja nada a los sonorenses.
En materia de salud, por ejemplo, encontró un desastre, hospitales sin equipo ni medicinas, deudas y lo que hizo fue impulsar acuerdos con el gobierno federal para apurar lo que hoy es una realidad en el IMSS Bienestar, iniciativa que garantiza atención médica para todos.
Y así lo está haciendo en rubros como la educación y finanzas donde ha podido superar poco a poco el atraso en el que encontró el Estado, tarea en la que, sin duda, ha sido clave el apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y si hay algún pendiente para Sonora ese debe ser la seguridad, con problemas tan arraigados que aun cuando hay resultados no se percibe en la incidencia delictiva que pareciera va en aumento.
A esto el Gobernador deberá duplicar esfuerzos para que su proyecto en Guaymas y Empalme camine con mejor rumbo y pueda cumplir su palabra de recuperar la tranquilidad en esta parte de Sonora.
En términos generales y considerando la crisis que recibió, Alfonso Durazo tuvo un buen inicio de ordenamiento que deberá traducirse en obras y menores servicios este año para que pueda mantener la confianza de las y los sonorenses.