Es evidente el intento de corregir y eficientar la gestión en dependencias donde hace falta trabajo para identificar los principios que dan origen al proyecto de gobierno de la cuarta transformación y no debe ser fácil tomar la decisión porque como en todo ajuste viene un proceso de adaptación que debe ser rápido y sin margen de error porque en el segundo año de gobierno todo lo que se haga tiene que ser con la vista hacia adelante. Algunos serán enroques, otros cambios esperados y una que otra sorpresa pero en términos generales cada movimiento está relacionado con la evaluación obligada en cada año del trienio que apenas alcanza para concretar el plan de los gobiernos así que la apuesta es ser mejores, con un costo alto para quienes no lograron satisfacer la expectativa inicial pero al final del día es un beneficio para todos porque el mensaje que manda la presidenta municipal es que quien no cumpla se va. Lo malo es que hay casos en los que no caben despidos como el de las y los regidores, ellos están ahí por mandato del pueblo pero la verdad es que no han cumplido ni con una mínima parte de lo que dice la Ley y no es que los anteriores fueran buenos, porque de por si la figura del edil es cuestionada. Lo que pasa es que en este Ayuntamiento no hay agenda ni colegiada ni en lo individual para justificar los más de diez millones de pesos que se gastan anualmente en la oficina más cara y menos productiva del palacio municipal. En este trienio no hay trabajo de Cabildo, no hay participaciones, no hay perfiles que destaquen por sus iniciativas, de hecho apenas y hablan en las sesiones, para convertirse en la clásica figura de ornato poco útil y nada agradable para la gente a pesar de que, para bien o para mal, recibieron el voto de la electorado hace un año. Por tanto y para ser justos, así como se van a hacer movimientos en la estructura ejecutiva, las y los regidores también tienen que cambiar de actitud, al menos tener más voz, involucrarse en las tareas de sus comisiones, debatir, leer, analizar, para desquitar la dieta y todos los bonos que reciben como pago a su labor que hoy más que nunca es mala y alejada de los intereses de la gente.